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“El tango vuelve al barrio”

Tarde de verano en Buenos Aires. Calor agobiante. Mi encuentro con el protagonista de esta nota se llevará a cabo en el barrio de Chacharita. Más precisamente, en un bar ubicado en la avenida Federico Lacroze, a escasas cuadras del cementerio, del lado de afuera, claro. Ese bar es, a su vez, un museo de la fotografía, donde abundan viejas cámaras de todo tipo. Suena, de fondo musical, jazz, bossa nova y algún tango instrumental. Cada una de las cámaras fotográficas está dispuesta en anaqueles que parecieran estar a punto de recobrar vida y hacer que sus objetivos nuevamente hagan foco para disparar instantáneas del presente en un viejo celuloide.

El cantor  llega puntual a la cita (16.15hs.), entra sonriente, mira los rostros de los parroquianos y el sol, que rebota entre espejos y vidrios, brilla en su calva cabeza, la que mueve incesantemente en busca de la cara conocida de quien escribe estas líneas. Cucu o QQ, como todos lo llamamos, es un hombre de estos tiempos, de este presente y de esta ciudad. Supo ganar, hace años, un concurso llamado Hugo del Carril, con un tango de su propia autoría, titulado Tibieza.

Es inquieto y, de tan inquieto, creó un faro, sí, un Faro para la música en los límites de Villa Urquiza, Villa Pueyrredón, Agronomía y Parque Chas. Algunos, cuando tuvo la iniciativa, creímos que estaba un poco loco, claro que sí, lo está. Pero, igual, lo acompañamos con esa utopía tanguera, que se recrea entre sus mesas que nunca preguntan, en un viejo bar en la esquina de La Pampa y Constituyentes.

Así es como Hernán “Cucuza” Castiello hizo volver el tango al barrio. Y, quizá, rememorando al gran Pichuco, con su poema Nocturno a mi barrio, se dice a sí mismo: “Alguien dijo una vez que yo me fui de mi barrio, pero cuando, cuando, sí siempre estoy llegando…”. Se sienta a la mesa del bar de Federico Lacroze. Antes, nos damos un beso mejillero, pide un café doble con un tostado de miga y aclara: “hay que cuidarse…”. Risas de por medio, comenzamos una conversación informal, que se extendió por aproximadamente tres horas.

F: Haciendo una analogía con tu tango Tibieza, te pregunto: sos un tipo que comenzó con mucha tibieza, ¿cómo sigue esto, Hernán?

QQ: Debo reconocer que Tibieza es un tango con una letra muy perdedora, pero que, a mí, me dio muchas alegrías, lo que es cosa bastante rara. Sin embargo, tengo confesarte que uno, siempre, trata de sacarse esa tibieza de encima, esa tibieza perdedora, esa negatividad. Y, en líneas generales, me mantengo de tibio pá caliente.

F: ¿Cómo viviste esa experiencia de crecimiento del bar El Faro?

QQ: Vos bien sabés Carlos, ya que fuiste el primer invitado que tuve, cómo nació esa idea de hacer tangos en el bar El Faro, que ya lleva casi 13 años de vida y de permanente continuidad. Recuerdo que ese primer ciclo, que llevó por título Luis Cardei, en homenaje a ese otro cantor del barrio de Villa Urquiza. Éramos unos pocos, Gastón Varela (escritor) hacía algunos relatos, vos y yo cantábamos y Moscato Luna nos acompañó en la guitarra.

Así comenzamos, humildemente, pero con gran esfuerzo y tesón ¿Sabés una cosa? Yo siento que hay mucha gente que me quiere mucho. Y, eso, lo valoro inmensamente. Pero, además, genera una gran responsabilidad. Yo, gracias a la visibilidad que me brinda El Faro, he podido conocer muchos escenarios, tanto en la Argentina como en otros países. He tenido la suerte de contar, como invitados en El Faro, a grosos como Rubén Juárez. Y fue una noche mágica, parecía un estadio de fútbol el bar esa noche.

F: Luego de esta mención futbolera, me resulta imposible, a mí, Carlos Varela, no recordar que Hernán Castiello fue jugador de fútbol en Argentinos Juniors, jugando junto al hermano del Diego (Hugo El turquito Maradona). No hacen falta más aclaraciones, ¿no? Me refiero al 10, al Barrilete Cósmico, aquel de la frase, acuñada por Víctor Hugo Morales, para el más grande jugador de todos los tiempos Diego Armando Maradona. El que nos hizo vibrar cientos de veces y que nos conmovió en aquella jornada mundialista frente a los ingleses.

En ese momento, los ojos de QQ brillan, se estremece y me recuerda dos situaciones, muy recientes, vividas junto a Maradona. Una, un video que le envió El Diego con motivo de que Cucuza cumpliera 50 pirulos, en el que lo saluda con total afecto y cierra el mismo diciendo: ¡Cucusita! ¡Te quiero Mucho! Y la otra, una más reciente, en la que Hernán Cucuza Castiello canta, a dúo, también con el 10, en una cancha de fútbol, el tango El Sueño del pibe (“Golpearon la puerta de la humilde casa / La voz del cartero muy clara se oyó / Y el pibe corriendo con todas sus ansias / Al perrito blanco sin querer pisó. / Mamita, mamita, se acercó gritando / La madre extrañada dejó el piletón. / Y el pibe le dijo riendo y llorando / el club me ha mandado hoy la citación…”

QQ: Me gusta llamar a lo que hago tango de juntura, por estar juntos, sumar.

Y así lo hace, pero, no sólo en el Faro, sino, también, en otros escenarios. Cuando, en la Trastienda, se presentó haciendo el espectáculo del que, igualmente, hay un  CD, titulado Tangolencia Rockera, en la que esa juntura, de la que habla Castiello, entrecruza a músicos de rock haciendo tangos o él mismo haciendo rocks en tiempo de tango. O esa otra juntura, forjada con el grupo Tango Bardo, que se vio plasmada en CD como CucuzaTangoBardo. O su último CD, Castiellos, que comparte junto a su hijo guitarrista, Mateo Castiello. Esta última, una de esas junturas más cercanas, más familiares, en la que se entremezcla lo sanguíneo con lo profesional.

F: ¿Vos QQ,  sentís que esta forma de llevar a cabo tu trabajo es porque, en el afuera, no hay tanto apoyo o gente dispuesta a generar nuevos vínculos con el público?

QQ: Mirá, yo no sabría decirte si hay mucho o poco en el afuera. Lo que sí sé es que esta es la propuesta que yo quiero llevar a cabo. Es una cuestión de afinidad, viste, y yo prefiero hacer lo que me hace sentir bien, yo soy muy feliz con lo que hago, puedo vivir de ser cantor y eso no es poco.

F: ¿Como ves el tema de la difusión?

QQ: Carlos, bien sabés que, sacando la época de oro del tango, siempre tuvimos problemas de difusión. Podemos hablar de radios que pasen un tango, muy pocas, hoy en día, y eso que hablamos de Buenos aires y hablamos de la Argentina y no es un detalle menor. Y bueno, si no tiran un centro, lo voy a tirar yo y lo voy a cabecear yo. No me queda otra. Soy parte de una generación más autogestiva y, en eso, trabajamos, en generar nuestros laburos, discos, promocionarlos y estar en cada uno de los detalles.

F: Hace unos días, apareció, en Pagina 12, un artículo que se titulaba así: Las letristas de tango tenemos la necesidad de decir las cosas desde otro lugar, un cambio de paradigma ¿Cómo vivís esos cambios de paradigma?

QQ: Justo nombraste a un grupo de chicas a las cuales conozco y con las que he compartido mis escenarios o los de otros. Pero, yo jamás me sentí un héroe por convocar mujeres, siempre, me pareció totalmente natural. Ojo, que con esto no quiero decir que esto no existe, ¡eh! Igual, lo entiendo, aunque me hace un poquito de ruido, porque no está en mi forma de ser.

Aunque no desconozco cómo es el ambiente del tango y creo que es una necesidad valedera. Pero, sigo siendo muy respetuoso, también, con esas cosas que no nos gustan tanto del tango, porque no dejan de ser parte de la historia. Y la historia es completa, con lo bueno y lo malo, con lo que me gusta y lo que no me gusta. Indudablemente que, aquello que es malo, debemos corregirlo, pero, no olvidarlo. A un libro de historia no le podés arrancar el capítulo de la Conquista del Desierto de Julio Roca. Me parece que tenemos que construir ese nuevo paradigma con una mirada actual, pero sin sesgar nada.

Mientras emprendía mi retorno a casa, sentí que estaba asegurado, por mucho tiempo más que trece años, la frase que Cucuza hizo grabar en el toldo del viejo bar: “Humildemente, pero sin pedir permiso, el Tango Vuelve al Barrio”. Y así será. Ojalá, esa Juntura, como él le gusta mencionarla, sea cada día más homogénea, en todos los aspectos de nuestra sociedad, que tanto lo necesita.

Tres cd´s para recomendar:

 


Carlos Varela es cantor, productor discográfico, artístico, televisivo y radial.

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