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Para Ariel Bufano
Este poema está dedicado a Ariel Bufano. Forma parte de una serie de poemas destinados a los amigos de mis padres. He poetizado lo que viví, con cada uno de ellos, en mi infancia y juventud. Al reencontrarme con sus obras, al recordar momentos compartidos pensé en dedicarles un poema a cada uno. Mi padre era muy amigo de Ariel Bufano, fue su discípulo. Este poema forma parte de mi próximo libro: El corte argentino.
Ariel Bufano: Las metáforas móviles
Ariel Búfano fue el discípulo de Javier Villafañe. Mi padre nunca pudo superar que su hijo predilecto muriera antes que el maestro. Fue muy doloroso verlo a Javier recordando la vida de Ariel. Para Villafañe, los títeres continuaban con la magia de Bufano. Una vez, Ariel Bufano vino a buscar un retablo de títeres a mi casa de infancia. Hicimos una función de títeres y me aconsejó que siguiera manejando los muñecos de la misma forma que lo había hecho ese día. Lo vi muchas veces en el Teatro Municipal General San Martín. Cuando murió mi madre, le hizo un homenaje especial a Elba Fábregas haciendo títeres con sus pies. En el homenaje a mi madre, estuvieron presentes Lautaro Murúa, Roberto Del Villano, Martha Gavensky, Alba Correa, Alberto Luis Ponzo, Leonor Marsicano, Enrique Agilda, Pepe Ruiz, Ernesto Shoó y Kive Staiff. Ariel se fue de este mundo antes que Javier y mi madre antes que Ariel Bufano. Fue un titiritero inolvidable y permitió que los títeres ingresaran al gran espectáculo nacional con muñecos a la altura del hombre.
Las metáforas móviles
El títere es una metáfora móvil
Un alma animada por mi propio destino
Que brilla amorosa cuando giran mis brazos
Con todas las manos que viven en mi cuerpo
Y yo soy el que estoy en el alma de un niño
En la magia de hilos y su madera andada
Adentro de la vida que asoma en mi retablo
En la abstracción fugaz donde pasa la muerte
Y abjura lo trágico, exalta la disputa
De los ángeles que saben moverse desde el cielo
¿O será Dios que mueve sus dientes con mi boca?
¿O seré yo un Diablo que se enciende cabalgando de noche?
Antes que a la princesa la rescate un extraño
Antes que la ame en la torre desnuda
Como aquella muñeca que llevo con mis manos
Celebrada por la idea de un príncipe oculto
Porque soy como la sombra que penetra su alma
Y que la sube de nuevo a un retablo muy blanco
En el otro golpe que juega con mis manos
Porque he llorado y he vivido tan cerca
Con el amor que te traje del aire de un recuerdo
Con este muñeco que te mira la frente
A ser lo que se dice como aquel extranjero
Y ha sido el otro el que vuelve a contarme
Que la princesa estuvo en el medio de un bosque
Con esta palabra que me deja escribirte
Y regresar a esta boca, a este retablo roto
Coloca otra vez entonces los caballos
Sube con esas multitudes que galopan los pueblos
En las plazas del mundo y sus caminos
En mi novia de nuevo
En mis manos que salen para mover a Dios o al mismo Diablo
Porque no hay otro amor que te saque del mundo
Ni otro muñeco más alto que mi vida
Ni otra vida más alta que mis manos.
Juano Villafañe es poeta, gestor cultural y director artístico del Centro Cultural de la Cooperación.
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