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Operetas: Operación optimismo
Los columnistas oficialistas más fanáticos ya lo dan a Macri a punto de empatar, en las encuestas, a la fórmula opositora. En dos semanas, seguro, lo ponen al frente. Poca delicadeza editorial de Clarín, La Nación e Infobae para el cierre de listas: Macri “consolida” y “refuerza”, mientras, Cristina Fernández “impone”, La Cámpora “copa todo” y Massa es un perdedor.
La operación optimismo, continuidad de la oleada de euforia de los medios hegemónicos por la designación del senador Pichetto en la fórmula oficialista, tuvo un hito el sábado: Clarín y La Nación publicaron notas, prácticamente, gemelas, con iguales palabras, orden de párrafos y datos, para exaltar una supuesta encuesta de Isonomía. Es un resultado fabuloso para el gobierno, obvio: ¡10 puntos de recuperación de imagen de Macri! La “noticia” no dice en cuánto tiempo se dio esa presunta recuperación. Y, por supuesto, incluye una, también, extraordinaria mejora en la intención de voto, poniendo a la fórmula oficialista a dos o tres puntos de Fernández-Fernández.
Y, como dos y tres son igual a cero -cualquiera que estudió matemáticas lo sabe-, Morales Solá ya habla de empate, en su columna de La Nación el domingo 23.6. Pero, no es el único papelón que hace: también, menciona la “estabilidad económica” como el factor que está impulsando a Macri.
La elevación del ex opositor Pichetto, como gestor de la felicidad de los “mercados” y centro absoluto de la escena política, continuó en algunas columnas menores, sin más motivo que la de sostener el relato del poder: Di Marco dice que Macri lo eligió después de que deslumbró en Wall Street, algo escrito ya cien veces. Sirvén se rinde ante él porque dice lo que los “pecho frío” del PRO no se animan a decir.
La cobertura del cierre de listas del sábado, también, mantiene una línea única: Infobae tituló que Cristina Fernández “impuso a sus candidatos para reforzar su poder en el Senado”. Clarín, en la tapa impresa del domingo: “Macri reforzó el armado oficialista”, mientras, La Cámpora “copó las listas del PJ”. Y, en la versión en línea: “Macri consolidó las listas oficialistas y Alberto F. cedió al armado de La Cámpora”.
También, en Clarín, Van der Kooy quiere, el domingo, presentar a Alberto Fernández enfrentado al “ultra kirchnerismo”, actuando una falsa “moderación” y como mero instrumento de “la necesidad de Cristina Fernández y su familia de quedar a salvo de las acusaciones por la década pasada”. Este relato tiene, también, como objeto predilecto de ataques a Sergio Massa: ya el miércoles, Morales Solá, en La Nación, quiere derrumbarlo al hablar de su “ocaso definitivo”, “rendido” ante el kirchnerismo. Le tiende la lápida: “Ya no le queda nada ni nadie”.
El propio Massa, Donda, Solanas, Solá y Alberto Fernández son presentados como ejemplos principales del “transfuguismo” político. El tono de estos valerosos periodistas independientes es mucho, muchísimo más suave con la trayectoria de Pichetto, que mencionan, sólo, en espacios mínimos. También, protegen a Lousteau, el corajudo que gritaba por internas en Cambiemos, pero que, con su Involución opera para el Coti Nosiglia, interlocutor frecuente de Macri, según las menciones de estos mismos espacios oficialistas. Y, ahora, es estrella de la “apertura” que acepta el macrismo más duro. Tanto que, escribió Pagni el jueves en La Nación, Larreta le da la senaduría y lo ve como su “pollo” para la ciudad en 2023. Cuando él quiere ir por la presidencia.
Quedan pocos matices en estos malabares: un toque de osadía de González, el viernes, en Clarín, cuando se declara extrañado por el grotesco de Macri en Rosario, en el Día de la Bandera, cuando, ante una platea de pibas y pibes, lanzó sus diatribas contra los Moyano, tema que, en conjunto, los medios oficialistas buscaron minimizar.
Marcelo Bonelli, autor, los viernes, del “Panorama empresario” de Clarín, pone su cuota esporádica de discordancia, haciendo notar que el apagón histórico del domingo 16 demuestra que, el gobierno, debió controlar lo que hace el grupo Mindlin, que es tan cercano a Macri. Y, hablando del panorama energético, dice que, ahora, el gobierno quiere un acuerdo con Techint en los negocios de Vaca Muerta. Para lo cual es muy apropiada la decisión del fiscal Stornelli, de excluir a esa empresa de la elevación a juicio de la causa armada con las fotocopias. Una decisión que, confiesa el periodista, “facilita las cosas”. Y, también, la UIA (Unión Industrial Argentina) celebró que no fuera incluido en la causa su vice, Luis Betnaza. Queriéndolo o sin quererlo, Bonelli confirma la evidente manipulación de esta causa, tanto con fines electorales como para hacer negocios.
Como siempre, hay columnistas que se exceden en sus obligaciones: el sábado, en Clarín, Miguel Wiñazki, autor de la columna de los sábados que hacía Lanata, inventa, para la ex presidenta, una nueva categoría psiquiátrica, política e histórica: ella tiene, dice, una “mente transhistórica”. Luego, acaso tomando nota de la extravagancia, va a lo más directo, al atacarla por sus referencias a Manuel Belgrano: “el delirio es inherente a la megalomanía, así como la paranoia”. Pero, como es un creativo, funda otro “concepto”, “deliriocracia». En fin, este escriba logra una proeza, que el lector llegue a pensar que, con Lanata, estábamos mejor, porque, al menos, intentaba ser irónico.
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