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Lo obsceno y la comicidad

Lo obsceno es un concepto bastante huidizo para circunscribirlo dentro de una sola definición. Sin embargo, tiene algunas características que son interesantes y que se trabajan, habitualmente, desde la comicidad. Obsceno -del griego aidoion; obcenus, en latín- significa las partes vergonzosas que el pudor las lleva a ocultar. Por eso, muchas definiciones de lo obsceno están ligadas a lo sexual (los órganos sexuales), primariamente, y, en forma secundaria, a lo estético. En relación a esto último, la vestimenta tiene un rol importante a la hora de juzgar lo obsceno.

También, es obsceno hacer alarde de nuestras virtudes (exaltación del yo) o, por el contrario, ventilar desgracias y penares propios (víctimizarse). El recato y el pudor son condiciones esperables de la actuación en la vida social. Porque, en la cotidianeidad, a través de la interacción, siempre, realizamos actuaciones. En términos de Goffman, cuando asumimos un rol y lo ponemos en práctica, entonces, actuamos en consecuencia. Es decir, lo esperado de un comportamiento en cada contexto, ligado a la edad, el rango, el status social, etc.

Las actuaciones que realizamos, siempre, son valoradas de forma positiva o negativa. Tanto desde los demás, como desde nosotros mismos. Y como la actuación es predicado del sujeto (soy lo que hago y hago lo que soy) cuando valoramos la actuación valoramos al sujeto, a través de los códigos morales, éticos y estéticos.

En nuestras relaciones con los demás, no sólo existe un intercambio de símbolos como mensajes, sino que, también y sobre todo, lo realizamos con ciertos modos (modales). Esto es importante. Son las formas en que esperamos que lleguen esos mensajes. Hay congruencia cuando forma y contenido van de la mano.

Pero, todos sabemos que ninguna interacción está libre de malos entendidos, equívocos, errores, dobles sentidos. Digámoslo de una vez, ambigüedades. Estas son aprovechadas para la comicidad. Es por eso que ponemos mucho empeño para reducir al mínimo las posibilidades de una mala interpretación de nuestros actos. Estando atentos a la reacción de los demás y poniendo en práctica recursos desambiguadores.

Entonces, lo obsceno puede ser un mal entendido, un error o, por el contrario, un comportamiento voluntario. Se da en el uso de los gestos, actitudes, con los objetos y. por supuesto, con el lenguaje. En el nivel del lenguaje hablado, nos puede ayudar la división que propone Austin. Para este autor, los actos del habla se dividen en la locución (lo que se dice), la ilocución (lo que se hace con lo que se dice: ordenar, suplicar, etc.) y la perlocución (lo que se pretende con lo que se dice: hacer reír, emocionar burlarse, que se nos obedezca, etc.).

Es en la perlocución en donde se puede dar lo obsceno. Ya que, es el nivel en donde está la intención, el aspecto expresivo, el uso. Diríamos que cualquier palabra puede usarse de forma obscena. Lo mismo sucede con los objetos de la vida cotidiana. Muchos son susceptibles de utilizarse, además de para lo que se inventaron, también, de forma obscena. Aparece, por ejemplo, en el juego con los objetos de asociasen fálica.  En este caso, la clave creo que está por el lado del acompañamiento y el refuerzo con los gestos. Pero, siempre, alguien tiene que sancionar y connotar lo obsceno.

Como dice Castillo del Pino: “lo obsceno no está en la cosa (palabra, gesto, postura), sino, en el sujeto actor, en el sujeto receptor o en ambos a la vez, los cuales le asignan la categoría, el significado, la connotación, la intencionalidad de obsceno”.

La actuación obscena puede darse de forma involuntaria, pero, siempre, es tomada como una especie de agresión simbólica. Es una transgresión del territorio del yo del otro. Una intrusión. Cuando es voluntaria, siempre, busca un efecto. Incomodar. Ya que, pone en evidencia el pudor social. El obsceno es impúdico. Grosero.

 

 

Lo erótico y lo obsceno

 

Un comportamiento erótico, cuando el contexto no está preparado para recibirlo, si no hay un acuerdo, se puede convertir, rápidamente, en un acto obsceno. Un ejemplo de Simmel al respecto. Imagina una dama que se viste para lucir un vestido de gran escote. Este estaría acorde en una fiesta de 200 personas y en un gran salón, en donde ayudan las distancias. Pero, si equivoca la invitación y el encuentro era en una casa con 10 personas, se vería incomoda por la proximidad de las personas.

Siguiendo con la vestimenta, la minifalda, desde donde se mire, puede aparecer como erótica o como obscena. Las prendas muy ajustadas, las transparencias, tanto para lo femenino, como masculino, también, están en esa borde.

 

 

Los animales y lo obsceno

 

Entre los animales no existe la obscenidad. Es la mirada antropomórfica que ve lo

obsceno. Hay muchos ejemplos de videos con animales en comportamientos obscenos. Es que no tienen vida privada. No existen comportamientos que tengan que hacerse al margen de la mirada de sus congéneres.

El payaso argentino Chacovachi.

 

 

Exhibicionismo y obscenidad

 

Una de las características del comportamiento obsceno, de los gestos, de las palabras es que tienen que ser notorias. Ya que, se tiene que hacer evidente la transgresión cuando se es consciente de que se está infringiendo una regla del contexto. Entonces, si en la vida cotidiana actuamos dentro del rango de espera se podría pensar lo obsceno como una sobreactuación.

Esto se ve claramente en el exhibicionista. Hay una sobreactuación para que los demás adviertan el carácter obsceno de su actuación. A diferencia del nudista, que, como bien

remarca Castilla del Pino, mientras que a este se le ven sus genitales, el otro los hace ver. Entonces, lo obsceno exige la transgresión de las normas (morales, estéticas, religiosas), es una inadecuación al contexto.

 

 

Origen del fuck you. Antes de lo obsceno.

 

Si bien se usa como señal de insulto obsceno, tiene su historia particular. Se cuenta que en uno de sus orígenes era una señal usada por los prostitutos para anunciar que estaban libres. Luego, se extendió a modo de insulto. Dando a entender que la persona receptora de tal señal hacía uso de un servicio mal visto.

Otro origen se remonta 1415, cuando los franceses en guerra con los ingleses tenían intención de cortarles el dedo mayor para que no pudieran usar el arco. Arma que los ingleses utilizaban con mucha destreza. Terminada la guerra y con la victoria de los ingleses, no perdían oportunidad de mostrar a los franceses el dedo del medio en señal de burla y sarcasmo.

 

 

Jugar con lo obsceno

 

El gran payaso argentino Chacovachi propone, dentro de su espectáculo, una rutina que nos sirve como ejemplo. Entrega a varias personas del público botellas de vidrio con diferentes medidas de agua. Estas serán los instrumentos a que, cada uno, dará golpes a partir de la orden o indicación del payaso. Entonces, a modo de director de orquesta, Chacovachi irá armando la melodía, indicando a cada uno el momento del golpe.

Lo interesante es que, cada participante (músico), responde a un gesto determinado. Y, dentro de esos gestos aparecen: el fuck you, el corte de manga, se agarra los testículos, se provoca un vómito, lanza una escupida al aire, entre otros. Todos estos gestos obscenos terminan armando la melodía del Himno a la alegría, de Ludwig van Beethoven. La alegría de la transgresión de lo ceremonioso de la música clásica, dirigida con gestos obscenos.


Christian Forteza es docente, investigador y director de teatro. Integrante de la Dirección Artística del Centro Cultural de la Cooperación. Vive en Balvanera, Comuna 3, CABA.

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