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“Si tuviéramos que resumir en una frase esa tradición, podría, sin dudas, ser: Estado presente”

El Gasómetro de Corral de Bustos, Córdoba

En junio de 2022, tuve la oportunidad de estar en la ciudad de Corral de Bustos, en el sur de nuestra provincia de Córdoba. Allí, no sólo hubo una charla con músicos y gente de la cultura y un recital de rock, apareció, con todas sus formas y contenidos, un proyecto cultural, con la firma de alguien que se puso esa camiseta para transpirar, todos los días y todos los años de gestión: Nano Vannay, secretario de Cultura de la ciudad, un baluarte cordobés sin acento cordobés. Un fanático de San Lorenzo, quizá, en otra vida, exiliado de Boedo, con la tarea de llevar los colores azulgranas a aquella provincia.

El viaje se inició una mañana en Retiro. Pero, no pude ir en forma directa, así que, luego de una pequeña escala en Rosario, abordé el colectivo bautizado El lechero, porque se mete por todos los pueblos, y, así, llegar a Corral de Bustos.

Una de las primeras cosas que supe al llegar a esta ciudad, fue que, en la vieja estación de tren, pintura trágica de aquello de “ramal que para, ramal que se levanta”, funciona, ahora, la Escuela de Música Popular. En muchas ciudades vi esta modalidad, cultura en talleres y estaciones abandonadas que, ahora, reviven a fuerza de arte. Incluso, en Corral de Bustos, tienen el proyecto de trasladar la Secretaría de Cultura a uno de esos talleres que supo albergar el trabajo de tantas generaciones de ferroviarios.

Me cuenta Nano: “la Secretaría de Cultura de Corral de Bustos tiene una larga tradición en nuestra ciudad. Si tuviéramos que resumir en una frase esa tradición, podría, sin dudas, ser: Estado presente. La idea es justamente ser protagonista, desde el Estado, del proceso de creación de sentido de la comunidad, siendo un actor fundamental de la comunidad organizada”.

Y, con entusiasmo creciente, agrega: “en la actualidad, la Secretaría trabaja en un sin número de proyectos que involucran instituciones, artistas independientes y espacios de aprehensión de técnicas y conocimientos propios (talleres, escuelas y grupos estables). Además, recientemente, se creó una Dirección de Conservación del Patrimonio Cultural, a fin de poner en valor aspectos históricos y actuales de la vida cultural de la ciudad en su más amplio sentido”.

Fue una emoción enterarme de que más de 150 chicas/os concurren a estos talleres y cursos, cubriendo un faltante que arrastraba la ciudad, una escuela de música popular que haga intervenir al Estado en favor de la gente, que ponga al alcance de todas/os una manera concreta y creativa de encarar el estudio de un instrumento.

La Secretaría de Cultura de la ciudad posee tres edificios propios: la Biblioteca y Sala de Artes y Espectáculos “Enrique Torres”; la Escuela Municipal de Música; y el Salón de danzas. Y se está construyendo, actualmente, un cuarto espacio, denominado La Usina del Arte, refuncionalizando uno de los galpones del predio del ferrocarril, donde confluirán todas las actividades de la Secretaría y se ubicarían sus oficinas.

La ciudad es pequeña. Paré en un hotel ubicado frente a la vieja estación, lugar que, seguramente, guarda esos fantasmas que, tantas veces, han visitado Corral de Bustos a la búsqueda de negocios agropecuarios. La atención es casi familiar. Todos se conocen y varios se me acercan a preguntar cómo será el show que están anunciando por radio y televisión. Ceno, mientras, veo en una tele que Independiente le gana a Atlético de Tucumán por la Copa Argentina y, así, tengo la primera alegría futbolera.

Nanno Vannay, Jorge Garacotche, Santiago Lana y Dylan Lana. Foto: Luchi Prietto.

A la mañana siguiente, luego de un suculento desayuno que desafió al frío imperante, salí a caminar y, a unas ocho cuadras, ya me encontré con el campo. Vi esos alambrados que nos frenan y algunos animales bajo el cielo nublado. Me dicen que la ciudad debe ser unas 20 cuadras a la redonda, en total, y que la gente, en un rato, saldrá a recorrer el pequeño centro comercial.

Pregunto acerca de los planes y objetivos de la gestión. Nano le pone el énfasis envidiable de los entusiasmados y cuenta: “la gestión cultural de la ciudad se extiende a tres objetivos básicos y vinculantes a la sociedad toda:

Objetivo 1: Promoción de artistas locales o zonales, brindando espacios de expresión (sala totalmente equipada, que se le ofrece a las/os artistas para su desempeño, donde no se le cobra absolutamente nada y se le da el total de lo recaudado en las entradas).

Objetivo 2: Educación. La Secretaría tiene 15 talleres (teatro, artes gráficas, bailes, fotografía, etc.), una Escuela de Música Popular y dos Agrupaciones Estables (Coro y Ballet de danzas folclóricas).

Objetivo 3: Integración de la Comunidad a través de fiestas populares (Fiesta del Pueblo, Día del Niño, ciclo de verano, etc.); editorial de libros, en conjunto con la Biblioteca Popular y Municipal, por la cual se han producido una veintena de volúmenes de autoras/es locales.

El día viernes por la tardecita, tuve oportunidad de estar en el programa El agua y el aceite, que se emite por Radio Kosovo on line. El programa es conducido por el mismo Nano Vannay, junto a Juampi Vitanzi, una especie de “Funes, el memorioso”, porque, a la hora de recordar anécdotas locales, parecía imbatible. En la programación estaba Pablo Bravin, un gran músico de la ciudad, a quien tuve el gustazo de difundir en nuestro programa de radio Perspectivas en Si. La charla superó a la nota y el buen clima sacó de raje a la solemnidad. Se habló de música y todo lo que gira alrededor de ella. A todo esto, la gente que se acercó a saludar trajo unos chipás y criollitos salados que duraron muy poco.

Por la noche, como no podía ser de otra manera, me invitaron a un asado. Alguien que vive en Buenos Aires y que volvió por unos días para festejar su cumpleaños era el anfitrión. Este músico porteño, castigado por la carne congelada de la gran ciudad, tardó unos pocos segundos en sucumbir frente a un matambre que dio cátedra de ternura. Había ensalada con tomates de verdad y lechuga con gusto a lechuga, todo muy lejos de los siniestros agrotóxicos.

El sábado fui a la prueba de sonido en la Sala Enrique Torres, ubicada, casi, frente a la plaza principal, corrida a un costado para no ser vista por la iglesia. En el pasillo, vi varios anuncios que me aseguraron que la ciudad tiene programación cultural durante todo el año, que va desde muestras pictóricas, presentaciones de libros, espectáculos en general y eventos masivos al aire libre. Como muestra de esto, Nano me cuenta lo producido en los últimos 15 días: “el Festival Regional de Teatro, que se desarrolla en cuatro localidades (Baldissera, Cruz Alta, Cavanagh y Corral de Bustos). Presentaciones de 2 libros editados por la Muni (Poemario de un 22 de Juan Solís y En estado de pájaros de Clemar Murphy). Y dos shows musicales: Dúo Quichuamanta y Jorge Garacotche.

La noche del recital contó con dos músicos locales invitados, que son los créditos locales: Pablo Bravin, cantante y guitarrista, con un disco publicado hace muy poco, un gran compositor, con una voz intimista que puso la noche en clima. También, estuvo presente Dylan Lana, cantante más punk rock, que hace poco estuvo de gira por Europa, llevando sus potentes canciones.

A la salida del recital, se me acercó un escritor para regalarme su libro de poemas En estado de pájaros, dijo llamarse Clemar S. Murphy. Qué enorme caprichosa es la poesía, que no deja lugar sin visitar. Uno recorre pueblos y ciudades, calles y plazas y, siempre, se cruza con alguien que escribe poesía, que te acerca su libro, su arte y lo miramos, lo escuchamos, recibiendo su energía con agradecimiento, porque son instantes en donde estamos menos solos.

Una nota de color en este viaje fue mi encuentro con Santiago Lana, un viejo rockero de los 80, a quien conocí por los correos de lectores de revistas de música. Como la recordada Cantarock, una revista que unió al país y paseó el rock argentino por todas las provincias, colaborando, muy fuertemente, en esa tarea de hacerlo nacional de verdad. La música tiene estas cosas, uno recorre y, siempre o casi siempre, permite el reencuentro con sensaciones, personas, recuerdos que no tienen un lugar fijo, están en constante movimiento, sobre todo, por adentro nuestro. Las redes sociales han hecho mucho por esos corazones que, siempre, se buscaron.

Fue un enorme placer para un músico viajar, ser convocado por una Secretaría de Cultura, conocer gente nueva, estar unos cuantos pasos más cerca de la naturaleza, es decir, volver a sentir vida, luego de una tremenda pandemia que nunca quiere decir adiós. Esos dos años han sido fatales para el trabajo, pero, no menos para el mundo anímico, que ha sido golpeado de manera certera. Y, un poco más abajo, se encuentran los bolsillos, lugar que muchos artistas reconocen en sus pantalones, pero, ya no recuerdan su función.

Nano Vannay es un hacedor de cultura, un gestor cultural de lujo, un personaje quijotesco que da pelea y no está solo. Supo armar un equipo de luchadoras/es, de gente convencida de que la Batalla Cultural se lleva a cabo todos los días, que sabe que no habrá descanso, pero, es consciente de que las alegrías harán una larga fila para saludarlo y regalarle una camiseta de San Lorenzo con un 10 en la espalda.


Jorge Garacotche es músico, compositor, integrante del grupo Canturbe y miembro de AMIBA (Asociación Músicas/os Independientes Buenos Aires). Vive en Villa Crespo, Comuna 15, CABA.

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