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Pessoa traducido por Rodolfo Alonso

El gran poeta portugués Fernando Pessoa, hoy mundialmente conocido, fue traducido al castellano por primera vez en 1957, por el poeta español Ángel Crespo, en Madrid. En esa edición sólo figuraba uno de sus heterónimos: Alberto Caeiro. La segunda traducción en lengua castellana -que fuera la primera de Latinoamérica y la primera con los cuatro heterónimos- fue realizada por el poeta, traductor y ensayista argentino Rodolfo Alonso. Este hecho debería, al menos, hacernos sentir orgullosos, no sólo a los argentinos, sino, a los latinoamericanos. Que haya ocurrido esto se lo debemos a otro gran poeta, traductor, editor y ensayista argentino: Aldo Pellegrini. Uno de los más grandes difusores del surrealismo en lengua castellana -recordemos, sino, su Antología de la poesía surrealista, publicada en 1961- y de la poesía de vanguardia, a través de su propia editorial Argonauta -que, hoy, continúa su hijo Mario- y otras editoriales y revistas nacionales.
Hagamos un poco de historia. Rodolfo Alonso tenía 25 años a mediados de 1960, cuando Aldo Pellegrini le ofreció seleccionar y traducir una amplia antología de Fernando Pessoa. Rodolfo se había unido en 1951, cuando tenía 17 años, a la legendaria revista de poesía de vanguardia argentina Poesía Buenos Aires, dirigida por el poeta, traductor y ensayista Raúl Gustavo Aguirre. La cual fue integrada por poetas de la calidad e importancia de Edgar Bayley, Francisco Urondo, Alejandra Pizarnik, Leónidas Lamborghini, entre otros/as. Y que contó, entre sus asiduos lectores y admiradores, a Ricardo Piglia, Juan Gelman y Juan José Saer.
La relación de Rodolfo Alonso con la lengua portuguesa viene desde su nacimiento, ya que, siendo hijo de gallegos, tuvo dos lenguas maternas: el castellano y el gallego. Y recordemos que el gallego y el portugués tienen un mismo origen, que se remonta a los grandes trovadores galaico-portugueses de la Edad media.
La antología de Fernando Pessoa, que fue la primera en castellano con los cuatro heterónimos y la primera en Latinoamérica, formó parte de la Colección Los Poetas, dirigida por Aldo Pellegrini para la Compañía Fabril Editora de Buenos Aires. Una colección de poesía de gran calidad, que se ocupó de publicar y difundir a grandes poetas, como Giuseppe Ungaretti (traducido, también, por Rodolfo Alonso), Eugenio Montale, Jacques Prévert, Saint-John Perse, Ezra Pound, Henri Michaux, etc. Destacamos que, ese mismo año 1961, Rodolfo tradujo la poesía completa de Cesare Pavese para la editorial Lautaro de Buenos Aires.
Como expresara el mismo Rodolfo Alonso sobre su ya legendaria traducción de Pessoa, en su ensayo Pessoa(s): “Pero lo relevante de esa primicia argentina… (…) …no se limita a su concreción, de hecho pionera, sino también a la intensidad con que fue recibida en todo el ámbito de nuestra lengua. La aceptación de los lectores resultó tan inmediata que, en contado plazo, sin publicidad alguna, exigió sucesivas reediciones, anticipando lo ahora evidente: Pessoa conquista sus admiradores de a uno, de persona a persona, por la propia potencialidad de sus poemas”.

Transcribimos, a continuación, cuatro poemas de Fernando Pessoa traducidos por Rodolfo Alonso.
De Fernando Pessoa él mismo
I Abismo
¿Miro el Tajo, y de tal arte
Que olvido mirar, mirando,
Y súbito esto me choca
De frente al devanear-
Lo que es ser río y correr?
¿Lo que es estarlo yo viendo?
Siento de repente poco,
Vacuo, el momento, el lugar,
Todo de repente es hueco-
Incluso mi estar pensando
Todo -yo y el mundo en torno-
Queda más que exterior.
Pierde todo el ser, quedar,
Y del pensar se me escapa.
Quedo sin poder unir
Ser, idea, alma de nombre
A mí, la tierra y los cielos
Y de pronto encuentro a Dios.
(Del libro Mensaje, publicado en 1934)
De Álvaro de Campos
El florecer del encuentro casual…
El florecer del encuentro casual
De los que siempre van a ser extraños…
El único mirar sin interés que nos echó al azar
La rápida extranjera…
El interesado mirar del niño traído de la mano
Por la madre distraída…
Las episódicas palabras que cambiamos
Con el episódico viajero
En el viaje episódico
Grandes penas de que todas las cosas sean instantes…
Camino sin fin…
De Ricardo Reis
Mejor destino que el de conocerse…
Mejor destino que el de conocerse
No goza el que mente goza. Antes, sabiendo,
Ser nada, que ignorando;
Nada dentro de nada.
Si no hubiese en mí poder que venza
A las tres parcas y a moles del futuro,
Ya me dieran los dioses
El poder de saberlo;
Y la belleza, increable, por mi sistro,
Yo goce externa y dada, repetida
En mis pasivos ojos,
Lagos que muerte seca.
De Alberto Caeiro
X
«Hola, cuidador de rebaños,
Ahí al borde del camino,
¿Qué te dice el viento que pasa?»
«Que es viento, y que pasa,
Y que antes ya pasó,
Y que después pasará.
¿Y a ti que te dice?»
«Mucho más que eso todo.
De muchas otras cosas me habla,
De recuerdos y saudades
Y cosas que nunca fueron».
«Nunca has oído al viento pasar.
El viento sólo habla del viento.
Lo que le oíste fue mentira,
Y la mentira está en ti».
Todos los textos fueron tomados de: Pessoa, Fernando, Yo es otros (edición y traducción de Rodolfo Alonso), Editorial UV de la Universidad de Valparaíso, Valparaíso, 2019.
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