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La cultura como bastión de resistencia

Entrevistamos a Luis Chino Sanjurjo por su participación en el Mapeo Cultural de la Ciudad de Buenos Aires. Dentro de su basta trayectoria, se destacan su licenciatura en Ciencias de la Comunicación en la Universidad de Buenos Aires. Asimismo, es miembro del Área de Investigación de Políticas Culturales del Centro Cultural de la Cooperación Floreal Gorini y coordina talleres de lectura en la unidad penitenciaria de mujeres, en Ezeiza, y de jóvenes adultos, en Marcos Paz.

Fervor: ¿En qué consiste el Mapeo Cultural de la Ciudad de Buenos Aires?

Luis Chino Sanjurjo: Es una investigación que jamás se había hecho. Es una muestra de lo que se llama estadística representativa. Conseguimos relevar una cantidad importante de espacios culturales, censados. Más de 170 casos de un total de 493 espacios. Eso determina que es una muestra representativa del sector. Significa que, lo que muestra, no explica el total, pero, representa aspectos centrales de lo que sucede en la cultura independiente de la Ciudad de Buenos Aires, con programación en vivo.

F: ¿Qué entidades formaron parte de esta investigación?

S: Es fundamental indicar que hay una alianza entre tres actores claves. El Centro Cultural de la Cooperación (CCC), que puso su capital político, su activo de confianza política, con las organizaciones de la cultura independiente, que deciden ser parte de este proyecto. Por un lado, por la confianza y, por otro lado, por la necesidad de conocer mejor qué es lo que son, qué es lo que hacen y qué tienen que resolver para adelante. Ya que producir conocimiento no sólo sale plata, sino también, capital humano e institucionalidad. Tienen elementos que no hacen sencillos que suceda una investigación así. Entonces, esto constituye al primer actor, el CCC, junto con las organizaciones de la cultura independiente. Pero, como segundo actor, fue vital el rol que ocupa la Universidad Nacional de Tres de Febrero (UNTREF), sobre todo, porque aporta un esquema de conocimiento, una infraestructura técnica, que no sólo tiene que ver con la georreferenciación, es decir, la inscripción de la información en un mapa y, además, la dotación de un mapa de vitalidad que surge del relevamiento que se hizo.

Y, por último, el financiamiento por parte del Estado, puntualmente del Ministerio de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires, por el cual se concursó dicho financiamiento, donde la UNTREF lo gana y, luego, nos convoca para participar del proyecto. Quizás, de los elementos que hacen que esta sea una investigación inédita, este sea uno de los más ricos, de los más potentes, de los más importantes. Y nos queda, también, como antecedente para saber qué tipo de política cultural queremos, en términos de producción de la información que, después, nos permitan hacer política pública para la cultura.

F: ¿Qué se planteó, desde el Centro Cultural de la Cooperación y las organizaciones de cultura independiente, para este relevamiento?

S: Nosotros, desde el Observatorio, llevamos a cabo una construcción participativa de los sectores. Donde planteamos ser parte de esta investigación, de la cual nos hace parte la UNTREF, que nos cuentan que el financiamiento viene del Ministerio de Cultura de la Ciudad. Por ende, en base a este trabajo creemos y defendemos que tiene que haber más presupuesto para cultura y, a partir de eso, hay que implementarlo bien.  Pero, sobre todo, lo que defendemos es que todo aquello que pudiéramos hacer, con este proyecto, lo pensásemos con las organizaciones, y que ellos dijeran qué es lo que querían que investiguemos.

F: ¿Cuál fue la parte más interesante de la investigación?

S: Había un punto de partida que ya teníamos planteado con la UNTREF y el Gobierno de la Ciudad. Pero, la parte más rica se da cuando el informe refleja lo que las organizaciones culturales ven necesario que se muestre, para que se comprenda la complejidad de lo que se necesita para hacer cultura independiente hoy. Que no solamente es aporte al PBI (Producto Bruto Interno), generar riqueza, puestos de trabajo, no solamente es una trama social que es la primera que abraza a muchos ciudadanos en momentos de crisis, como el que estamos viviendo. En la escena de la cultura independiente, hoy, sucede que la gente se forma, se organiza y se junta. Muchas veces, la complejidad de entender la cultura independiente se da por desconocer qué significa. Tiene que ver con la falta de información de lo que estos espacios significan para la sociedad. Y, a raíz del desarrollo de esta investigación, hoy, tenemos más herramientas para defenderlos.

F: ¿Cómo es la relación de la cultura independiente con el actual Gobierno?

S: La realidad es que el Gobierno Nacional no le da una real importancia a la cultura independiente, desde sus desfinanciaciones, hasta los cierres de centros culturales, con la excusa de las habilitaciones y la seguridad, pero, con muy poco interés por financiar a estos espacios, para que puedan cumplir todos los requerimientos que la ley de habilitación impone. Sin embargo, teniendo en cuenta los ataques que han tenido, también, tuvieron grandes victorias. La posibilidad de sancionar la Ley de Centros Culturales o la Ley de Milongas. Pese a que el Gobierno no le de la importancia que requiere, la cultura es algo vital. Partiendo de la base de que la Ciudad de Buenos Aires es una de las mayores capitales mundiales de expresión cultural, en cuanto a variación de actividades y diversificación de estilos artísticos. Y, en esto, tiene mucho que ver la cultura independiente.

F: ¿Se produjeron cierres cuantiosos de espacios culturales, en base a la economía actual?

S: Si bien esto no fue medido por el mapeo, lo puedo contestar. Por lo contrario de lo que indica la lógica, de que si cierra un comercio, ¿cómo no va a cerrar un centro cultural?, se dio exactamente lo contrario. La curva, a partir de fines de 2016, es muy ascendente. Y esto no responde, específicamente, a la economía, porque, realmente, cuesta mucho pagar la luz, el gas y mantener abierto un espacio. Sin embargo, hay mucha gente de la cultura que se ha volcado hacia estos espacios, teniendo en cuenta lo que significan para la sociedad. Aquellas personas que están detrás de estos espacios saben muy bien que son lugares donde pasan cosas diferentes a la cruda realidad que se vive. Por ende, más que mantenerlos abiertos, pese a los costos, la batalla es más grande. Es mantenerlos abiertos para no perder un lugar de expresión y de contención hacia aquéllos que gustan de consumir la cultura.

F: ¿Hay barrios que podemos considerar como más culturales?, teniendo en cuenta la cantidad de propuestas y variedad en sus comunas.

S: La realidad es que hay zonas de mucho mayor acceso, que es el trazado de la línea B de subte, esa es la traza más densa en cantidad de oferta y diversidad. Esa densidad responde a una paradoja, que es: ¿cómo descentralizar la oferta de la cultura? Para que esa centralidad, que tiene el recorrido del subte, comience a repartirse un poco hacia otros sectores. En ese caso, tiene que ver mucho el Gobierno y sus políticas para dar una mayor equidad a los barrios porteños, tener mayor accesibilidad a los mismos y lograr salir de la centralidad de la Ciudad de Buenos Aires. Sobre todo, teniendo en cuenta que el público de la cultura independiente, en su gran mayoría, se moviliza en transporte público y las líneas de subtes o recorridos de colectivos son fundamentales. Cuando hablamos de territorios, hay que pensarlos muy bien. El transporte, el rango etario de cada lugar. En este caso, lo fundamental es ver cómo construimos las herramientas, desde la política pública en asociación con los actores de la sociedad civil. Pueden ser las organizaciones de la cultura independiente o las instancias de organizaciones de los distintos barrios nucleados en las comunas. Para ver cómo se llevan a cabo políticas que faciliten el acceso, el conocimiento y la visibilidad de la actividad cultural, en el propio barrio, para la gente del lugar y, después, un esquema de circulación que facilite una rotación en el consumo. Ése es uno de los grandes desafíos que debemos tomar a partir de esta investigación del mapeo cultural.

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