System-sprenger, película alemana de 2019, es la expresión germana que se utiliza para denominar a esos niños y niñas que quedan fuera de los dispositivos tradicionales de contención existentes para tal fin, por causas relacionadas con patologías difíciles de clasificar, de encuadrar, justamente, en el sistema educativo.
El film, galardonado en el último festival de Berlín con el Oso de Plata, narra la historia de Benni, una niña de 9 años que, a causa de un trauma infantil del que la película sólo hace mención a través de pequeños flashbacks difusos, aunque no menos contundentes, ha desarrollado una conducta agresiva, que se traduce en constantes e incontrolables ataques de ira. Las consecuencias de estos actos violentos afectan tanto su propia integridad física, como la de todos aquellos que la rodean (sean pares o adultos responsables) y, aunque Benni pide a gritos volver a vivir con su madre, esta mujer (una madre soltera a cargo de la crianza de dos niños más pequeños), si bien no la abandonó definitivamente, tampoco puede hacerse cargo de su hija mayor.
Así las cosas, serán los servicios sociales estatales quienes deberán ocuparse de Benni -esta niña (maravillosa interpretación de la pequeña actriz Helena Zengel) capaz de proferir los insultos más vehementes y las carcajadas más genuinas y contagiosas, en un abrir y cerrar de ojos- a través de un equipo de profesionales (educadores, como los llama, a grito pelado, la chica) que intentarán todo tipo de estrategias para, sino curarla (¿es acaso posible lograr una cura?), al menos encauzarla, reinsertarla en una sociedad que, aparentemente, no tiene lugar para niños y niñas con este tipo de padecimientos.
Los méritos de la película –ópera prima de la realizadora alemana Nora Fingscheidt – residen, probablemente, en el tratamiento respetuoso que se le da a un tema tan sensible, de manera que, sin llegar jamás al golpe bajo, se exponen, en la misma medida, el sufrimiento de la niña y su agrietado derrotero y el intento constante, aunque muchas veces infructuoso, del grupo de profesionales dedicados a su cuidado.
Por otra parte, lejos de caer ni en la compasión extrema, ni en la resignación frente a hechos de una gravedad inusitada -como son cada una de las situaciones que atraviesa la pequeña y las consecuencias que ellas traen aparejadas-, System-Sprenger se abstrae de buscar culpables y castigos, a la vez que echa luz sobre las posibilidades que tiene la educación, acaso el último bastión de resistencia, de permear en el alma humana.
System-sprenger (System crasher en inglés) se puede ver en www.zoowoman.website.
Laura Fuhrmann es profesora de Lengua y Literatura y correctora literaria y de imprenta.
Comentarios de Facebook