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Casi humanos
Con dramaturgia de Vanina Szlatyner, esta obra propone tratar con ironía y con humor a veces corrosivo, a veces revulsivo, algunas situaciones de la vida. Muestra cómo estos personajes son condicionados por el maltrato, el abuso psicológico, la hipocresía y la crueldad de ciertas instituciones tanto familiares, escolares o psicoterapéuticas.
Cada una/o de las/os tres actrices/actores en escena: Julián Belleggia, Ángel Blanco y Miriam Fontes encarnan a varios personajes. Algunos son víctimas, otros verdugos. La cosificación humana, los lazos familiares y también sociales perversos son vivenciados de modo sordo y sin la posibilidad de rescate.
La práctica de la psicoterapia también se encuadra en la misma hipocresía y violencia que supuestamente busca subsanar: todo lo contrario.
Varias grandes jaulas penden sobre el escenario. Los personajes si bien están afuera de ellas naturalizan, con sus actitudes, su existencia como lugares para abrir y cerrar, para buscar o guardar objetos personales, quizás como metáfora de sus propios deseos. La escenografía es acorde en función del relato, los objetos aparecen y se transforman para dar mayor énfasis acompañado por un muy buen dispositivo de iluminación.
La frialdad mecánica de los vínculos, la desesperación, el dolor, la frustración sobrevuelan en estos personajes que con transformaciones muy dinámicas en el escenario asumen roles distintos, algunos de modo audaz, algunos con gestos innecesarios.
Después de ver los intensos 65 minutos donde se presentan estos personajes “casi humanos” es inevitable la pregunta y la reflexión ¿Cuál es el trasfondo, el contexto, el hilo conductor, la idiosincrasia dominante en toda esta secuencia, más allá de lo que cuenta o no cuenta esta historia?
Una posible respuesta puede ser, que expone y representa las intrincadas relaciones de poder que se entretejen -siempre- en los vínculos humanos. Las/os psicólogas/os, con sus guardapolvos blancos, reciben a los consultantes con displicencia, a veces crueldad, a veces en forma abusiva, con relaciones entre ellos también manoseadas. En la consulta pareciera que vuelven a reproducirse situaciones de abuso psicológico como se dan también en las propias relaciones familiares y sociales de las/os consultantes.
Si bien la obra puede tener gestos de humor, las situaciones son tan crudas y ácidas que provocan reacciones contradictorias en el espectador.
Nos podemos preguntar si estos personajes actúan conscientemente. La respuesta pareciera negativa: actúan mecánicamente, reproduciendo lo que en muchos ámbitos de la vida personal y social es habitual: el maltrato, el abuso de poder, la falta de empatía, el egoísmo extremo y, en síntesis, un modo más de reproducir lo que hace mal, la injusta revancha contra el oprimido. En definitiva, predomina el odio y el aprovechamiento del semejante.
También en nuestra sociedad actual percibimos el goce del hacer sufrir replicando como autómatas los mecanismos de violencia.
Bien lo sabemos: en el escenario se presenta y representa una condición humana (casi humana) decadente, revulsiva y retrógrada. Bueno sería reflexionar en qué medida cada uno de nosotros es víctima y victimario de este estado de situación, y cuánto estamos convencidos -o no- de que podemos transformar en lo personal y en lo colectivo un modo de vincularnos que nos empuja a lo peor de nuestra condición de humanidad…
Ficha artístico-técnica:
Dramaturgia y dirección: Vanina Szlatyner
Actúan: Julián Belleggia, Ángel Blanco y Miriam Fontes
Diseño de luces y producción artística: Intuir Producciones Artísticas
Video y diseño gráfico: Decero Identidad Gráfica
Música original: White Producción Musical, Brian Blanco
Fotografía: Gianni Mestichelli
Producción artística: Intuir Producciones Artísticas
Casi humanos puede verse los sábados a las 18hs. en el Teatro Belisario Club de Cultura, ubicado en Av. Corrientes 1624, CABA.
Adriana Prado es licenciada en Ciencias Sociales y Humanidades. Actualmente, realiza periodismo cultural por radio y por redes sociales en Voces y contexto. Es integrante de EDIT (Encuentro de Divulgadores Independientes de Teatro). Vive en Parque Chacabuco, Comuna 7, CABA.
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