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Para Miguel Angel Asturias

Este poema está dedicado a Miguel Angel Asturias. Forma parte de una serie de poemas destinados a los amigos de mis padres. He poetizado lo que viví, con cada uno de ellos, en mi infancia y juventud. Al reencontrarme con sus obras, al recordar momentos compartidos pensé en dedicarles un poema a cada uno. Mis padres eran muy amigos de Miguel Angel Asturias. Este poema forma parte de mi próximo libro: El corte argentino. 

 

Miguel Ángel Asturias: Las aguas del Tigre

 

Miguel Angel Asturias fue amigo de mis padres. Cuando yo era un niño viajaba con mi madre a la casa de Asturias en Buenos Aires. Miguel Angel vivía en Av. Libertador 218, Primer Piso. Todos los 25 de mayo, yo veía pasar, por la Avenida, los desfiles militares. Su mujer era Blanca Mora y Araujo. También, recuerdo a sus hijos Rodrigo Asturias y Miguel Angel Asturias. Rodrigo, un día, se despidió y me dijo que se iba a combatir a Guatemala, nunca más lo volví  a ver. Con Miguel Angel (hijo) nos seguimos viendo. Recuerdo que Miguel Angel Asturias, disciplinadamente, todas las madrugadas, se levantaba para escribir. También, invitaba a sus amigos para almorzar. En su casa, conocí a Elvio Romero, Rafael Alberti, Nicolás Guillen, Hamlet Lima Quintana, Augusto Roa Bastos, María Rosa Oliver y Atilio Jorge Castelpoggi. Miguel Angel tenía una quinta en el Tigre, que se llamaba Shangri-la y nosotros, con mi hermano Emilio, íbamos con mi madre en verano. Asturias nos llevaba a nadar con él sobre las aguas del río El Capitán. Era impactante andar por el agua del río con un hombre tan grande y que podía llevarnos flotando a nosotros, que éramos tan niños.

 

Las aguas del tigre

 

Asturias navegaba por las aguas del Tigre

O por las aguas del Paraná o las aguas del Usumacinta

O por algunas aguas de otros ríos profundos que viajan con la fuerza de la luz

Nosotros lo vemos irse y volver a la otra orilla del oriente

Al paraíso de su propia casa donde esperamos el viaje en Shangri-La

Detenidos por la magia con su cuerpo que se mece

De un borde hacia el otro, de una embarcación hacia los deltas y las islas sin nombre

Como un capitán de toda la tierra que llegará contra los adelantados

Andando por un río de estas llanuras del fin

Asturias navega  entre juncos, sauces, aves oscuras, vegetaciones flotantes

Es otro el mito de la garza y el yaguarté

No son las plumas del Quetzal ni el jaguar tallado en el Gran Templo

Ni las batallas en la selva fascinante con infinitos hombres de maíz que se desangran

Con los pájaros de fuego sobre las torres verdes.

Estamos en el sur, en otra patria.

Donde nosotros también viajamos por el agua

Cuando Asturias nos llevaba sobre su propio pecho

Navega como si el mundo fuera solo el mundo

Y la costa de su casa solo una sola costa

Cómo se iba el sol rojo con el agua en la tarde de ríos

Hacia la orilla del hombre

Regresando al místico valle de un oriente donde nadie muere

Somos nosotros los que volvemos en su cuerpo sin sombra desterrado

Al puerto de un mar dulce

Con equipajes de agua que se escapan

Como quien escribe para volver a vivir con las palabras

A pensar que ha resistido en los exilios de esta tierra

El gran escritor de un mundo de maravillas y leyendas

Venga a jugar con los niños en la orilla

En las redes de los peces y los tigres.

 


Juano Villafañe es poeta, gestor cultural y director artístico del Centro Cultural de la Cooperación.

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