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15 años de la ESI (Educación Sexual Integral)

¿De qué hablamos, qué logramos y qué nos falta?

¿Qué es hablar de Educación Sexual Integral (ESI)? ¿Qué logramos y qué nos falta con 15 años de ESI? ¿Cómo mirar, desde la ESI, la organización cotidiana de las instituciones? ¿A quién le corresponde la ESI? ¿Todas/os/es entendemos lo mismo cuando hablamos de ESI?

Para empezar a responder, aproximando algunas reflexiones desde mi convicción, compromiso y praxis, creo que es necesario un trabajo personal, como institucional, donde nos preguntemos: ¿cómo fuimos educados/as en sexualidad?, ¿cómo es la vida cotidiana escolar? y ¿cómo son los vínculos existentes entre los distintos integrantes de la institución? Aprendimos de un modo, pero, es necesario des-aprender y aprender de otros. Propongo revisar nuestros actos, miradas, gestos y palabras, sobre todo, en estos tiempos de pandemia, donde el uso de barbijo nos limitó a mirarnos.  Deseo, como lo promueve la ESI, que esas miradas sean: inclusivas, sensibles, afectivas, amorosas, empáticas y diversas ¿Cómo miramos?

Quiero destacar que no podemos atribuir como responsables de la ESI a alguna/s personas o equipos y, tampoco, atribuir responsabilidad a las resonancias o efectos que surgen en un taller asilado y desarticulado de la propuesta institucional. La ESI, a veces, se utiliza como el auxilio mecánico o como pitucones o parches que arreglen agujeros o manchas institucionales.

Desde el paradigma de los Derechos Humanos y la Diversidad, la ESI hizo su entrada formal con la Ley Nacional Nro. 26.150, hace 15 años, expresando que “todos los educandos[1] tienen derecho a recibir Educación Sexual Integral (ESI) en los establecimientos educativos”, entendiéndose como ESI la articulación de “aspectos biológicos, psicológicos, sociales, afectivos y éticos”.

 

De octubre de 2006 hasta hoy, ¿qué logramos?

 

Resultado de luchas históricas y sociales, de antecedentes normativos, de documentos e investigaciones, entre otras cosas, el 4 de octubre de 2006 se sanciona La Ley de Educación Sexual Integral (ESI) Nro. 26.150, que crea el Programa Nacional de Educación Sexual Integral en el ámbito del Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología. Esta ley no está sola, sino, que articula y se complementa con otras normativas, de las cuales mencionaré sólo algunas de ellas. La ley Nro. 25.673 del Programa Nacional de Salud Sexual y Procreación Responsable; la Ley Nro. 23.179, que ratifica “La Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer”; la Ley de Salud Mental Nro.  26.657, “que prohíbe el diagnóstico en base a elección o identidad sexual”; la Ley Nro. 26.904, que incorpora al Código Penal la “figura de Grooming”; la Ley Nro.25.746 de Identidad de Género; la Ley Nro. 26.791, que modificó el art. 80 del Código Penal Argentino, incorporando, como agravante, el “homicidio motivado por la orientación sexual, la identidad o la expresión de género”; el Decreto 659/2021 de “Cupo laboral para personas travesti-trans”; la Resolución Nro. 340/2018 (y Anexo) del Consejo Federal de Educación, sancionada con el objetivo de dar efectivo cumplimiento a la Ley ESI, que establece los núcleos de aprendizajes prioritarios y obligatorios para cada nivel educativo; la Ley Nacional Nro. 27.234, “que establece la obligatoriedad de realizar, al menos, una jornada anual en las instituciones educativas, en todos los niveles y modalidades, sobre “Educar en igualdad, prevención y erradicación de la Violencia de Género”; el decreto 476/21 para poder incluir la letra x en el DNI para quienes no se identifiquen con la f o la m; la ratificación del Convenio 190 de la Organización Internacional de Trabajo (OIT), sobre violencia y acoso laboral; la Resolución 286/2021 del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social, que establece que la asignación del prefijo para el CUIT/CUIL serán aleatorios sin considerar sexo y/o género.

La Resolución Ministerial Nro.1789/2021 creó el Observatorio Federal de la ESI (OFESI), presidido por el Ministerio de Educación de la Nación, con el objetivo de promover la implementación de la Ley Nacional ESI en todas las jurisdicciones del país y, también, identificar los obstáculos, deudas pendientes y atender a la pluralidad de voces para garantizar, de forma efectiva, la implementación de “La ESI a lo ancho y a lo largo del país”.

 

¿Qué es hablar de ESI? ¿Qué no es ESI?

 

La tercera letra de ESI es la I de integral, porque, somos seres humanos biológicos, psicológicos y sociales (bio-psico-sociales), pero, también, con la I de inclusiva e interdisciplinaria.

La ESI debe ser ese espacio continuo y sistemático, como “propuesta pedagógica de enseñanza-aprendizaje” y parte del Proyecto Institucional, para ser abordada en espacios específicos y de forma transversal y siendo responsabilidad de la comunidad educativa, mas allá de que existan algunas personas o Equipos a cargo. La ESI promueve saberes y habilidades para desaprender mandatos que nos oprimen o censuran emociones, formas de ser, sentir y expresar-nos con respeto. La ESI implica “pensarnos con otros iguales, pero, diferentes, únicos y singulares”.

Hablar de ESI implica revisar los modos de vinculamos con los demás denunciando cualquier forma de discriminación y violencia. La ESI permite pensarnos, pero, con otros/as, desde la dimensión psicológica, socio-cultural, biológica, del aspecto vinculado a la salud, del aspecto de lo ético y de los derechos. Estos aspectos, traman nuestra identidad y nos constituyen como seres sexuados desde que nacemos hasta que morimos.

La ESI no atenta contra las familias, sino, que invita a las familias, permite construir redes con las ONGs, organizaciones barriales y centros de salud generando acuerdos y promoviendo el diálogo entre toda la comunidad educativa. La ESI no habla de ideología de género, sino, de perspectiva para promover igualdad y denunciar las violencias y, sobre todo, la violencia de género. La ESI no promueve la homosexualidad, sino, el respeto a la(s) diversidad(es). La ESI no corrompe la inocencia ni adelanta procesos, sino, que permite detectar y denunciar abusos sexuales, violencia y vulneración de derechos. Y los contenidos están adecuados a los niveles y modalidades educativas.

Imagen extraída de Ejes de la ESI consignas. Rueda de azar. Wordwall.net.

 

¿De qué nos hablan los contenidos para la ESI y cómo ponerlos en acción?

 

Valorar la afectividad: ¿expresamos y nos permitimos manifestar lo que sentimos y nos pasa? ¿Promovemos valores como la amistad, la solidaridad, la empatía y el respeto? Hablar de afectividad es considerar las emociones y sentimientos que están presentes en los vínculos interpersonales y se manifiestan en las organizaciones, como la familia, la escuela, los clubes, etc. independientemente al sexo o al género. ¿Permitimos, por igual, que varones y mujeres expresen emociones y sentimiento? ¿Qué sentimientos y conductas censuramos o reforzamos en varones y/o en mujeres?

Respetar la diversidad es re-conocernos iguales humanamente, pero, diversos y únicos. Implica respetar la diversidad familiar, corporal, cultural, ideológica, étnica o por capacidades diferentes o discapacidades (física, sensorial, intelectual, auditiva, etc.). Respetar la diversidad es ir más allá de la tolerancia, es compartir y habilitar, afectivamente, aspectos propios del otro, que hacen quién es, quién quiere ser o quien está siendo ¿Cómo miramos y entendemos la diversidad? ¿Cómo abordamos la ESI en las personas con discapacidad(es)?

Ejercer de nuestros derechos implica sabernos, seamos menores o mayores de edad, como sujetos de derecho capaces de decidir, expresar-nos y ser escuchades. En lo que respecta al ejercicio de los derechos sexuales y (no) reproductivos implica elegir libre y responsablemente con quién tener relaciones sin violencias, respetando el cuerpo propio y el de los demás. Implica la posibilidad de decidir, libremente, si deseo maternar y/o paternar, eligiendo formas de reproducción. Los derechos sexuales y reproductivos permiten elegir cómo planificar la vida familiar y denunciando cualquier práctica de abusos y violencias.

Cuidar el cuerpo y la salud en la dimensión biológica, psíquica, social, afectiva, pero, también, cultural y propias de una época. Somos cuerpos sexuados con genitalidad y diversos. Hablar de la salud como Derecho Humano no implica ausencia de enfermedad, sino, bienestar y equilibrio físico, psicológico, social, físico, emocional y afectivo ¿Qué estereotipos y prejuicios tenemos sobre los cuerpos? ¿Desde qué dimensión pensamos nuestra salud?

Reconocer la perspectiva de género implica repensar, de forma crítica, las relaciones, lo estereotipos y prejuicios respecto a varones y masculinos, mujeres y lo femenino y cómo se expresan, de forma colorida y plural, identidades y expresiones LGTBIQNOB+ (lesbianas, gay, trans, bisexual, intersex, quuer, no binarie y más) ¿Somos y hacemos conforme a lo que sentimos, queremos y deseamos?

 

¿Cómo mirar, desde la ESI, las Instituciones Educativas?

 

La pandemia, cual tormenta que nos mojó a todes, reconfiguró una nueva época y la ESI no puede estar ausente. La ESI no puede estar ausente si resignificamos el cuidado del cuerpo y la salud, si revisamos los vínculos y nuestra dimensión afectiva, si promovemos prácticas de cuidados con vínculos sin violencias, ni abusos ni discriminación ¿Nos permitimos sentir emociones y expresarlas con respeto? ¿Reconocemos y respetamos la(s) diversidad(es), asumiendo que la igualdad implica reconocer y respetar esas diferencias? ¿Qué aspectos consideramos respecto al cuidado de la salud y del cuerpo? Es importante identificar los propios temores, creencias, posiciones y miradas. Sería un buen comienzo para poder empezar a enfocar, desde la ESI, la vida institucional, como, también, difundir y compartir los portales educativos y documentos legales y pedagógicos de la ESI.

La Educación Sexual Integral nos impacta, porque somos seres sexuados y nos retrotrae a nuestras propias historias, a la forma en que fuimos educados en sexualidad, a nuestras dudas y certezas y la forma en que nos vinculamos. Desde el Ministerio de Educación se afirma, en sus documentos, “que, siempre, la educación sexual atraviesa nuestra práctica docente, a toda hora y en todo lugar” y, como sostiene el libro que coordina la Dra. Graciela Morgade, titulado Toda Educación es Sexual: “¿Abordamos la ESI desde un enfoque integral o reduccionista? ¿Seguimos pensando que la ESI es hablar de prevención, embarazos, infecciones y enfermedades de transmisión genital (sexual) separada de las emociones, de los afectos, de los vínculos, de lo social, de lo psicológico y de la diversidad?”.


[1] Utilizaré, de forma indistinta, para expresarme el desdoblamiento del discurso a/o como el inclusivo con la e y otras formas que incluyan a sabiendas que el lenguaje visibiliza y construye realidades. Cada persona tiene derecho a ser “a ser tratada de acuerdo con su identidad de género y, en particular, a ser identificada de ese modo” (Ley de identidad de Género Nro.  265.746).

Max Molina es abogade, especialista en ESI y diplomado en Género y Gestión Institucional; docente en Instituciones Educativas dependientes del GCBA; referente y expositor en la temática Género y ESI;  integrante de la Asociación de Músicos/as Buenos Aires (AMIBA) y columnista del bloque del programa radial de AMIBA en radio Digital: www.lamusicadelarcon.com.

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