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Observación teatral de Solo brumas

La expectativa intacta, la experiencia diferente, una noche, desde afuera para enfrentamos a lugares remotos de la mente. Nos preparamos, nos disponemos y salimos y allí estamos, como acá, donde siempre es morir y siempre es vivir. Esta manera de estar (también) en los mundos y submundos, la imaginación en un juego de realidades convoca lo oscuro del pensamiento, porque, así también, hay vida. La mierda que cerca deja huellas de asco, la sangre en la herida pisa el dolor y cada centímetro es otra forma para un mismo espacio, otro igual o diferente, pero, siempre, en otro momento, esa es la anécdota. Empecinadxs en existir e ir día a día midiendo el alto o el bajo hondo de una superficie abrumadora. El sol y la luna del tiempo para levantarse en la luz a la tarea metafórica y en la oscuridad cerrar otro día, así es como se apaga la escena.
Tres protagonistas ciernen la complejidad empírica que fundamenta la gramática en la surrealidad de la supuesta realidad, en la puesta al rigor de la incertidumbre. “Vivir sin esperar nada, ni la muerte si fuera posible”, es una manera de morir, viviendo muerte, dando muerte, nada para iluminar pequeñas vidas.
En la satisfacción de los recuerdos lujuriosos y algo tarde en que creer nos quedamos viendo cómo pasa otro fin y da risa lo sutil que es lo trágico.
Niños envueltos en trance de muerte en un lúgubre espacio de hastío, podría ser el sótano de un hospital donde el desecho es rutina, el olor que pudre la nariz y la tarea siniestra del destino impregnan y hacen lo horrible de la historia.
Llantos que no están, en aposentos quebrantados por la desidia, son la sombra del abandono, quieta y fría decadencia, sin presente, sin futuro, sin ser ¿Quiénes habitan la normalidad opresiva, comen, duermen, miran, esperan, salen, entran, con deseos? Sólo eso.
Y un alivio que inesperado llega, un nuevo intérprete, otra parte de la obra que, también, es adentro de la pesadilla; la que vemos lúcidxs en una sala teatral de la Av. Corrientes, como tantas propuestas, otra visión plasmada en la obra interpretada, así, ahora, que nos ofrece nuevamente Eduardo Pavlovsky desde el más allá.
Ficha artístico-técnica:
Dirección: Gonzalo Urtizberéa
Elenco: Emiliano Kaczka, Victoria Aragón, Paula Cantone y Guillermo Alfaro
Diseño de escenografía: Héctor Calmet
Realización de escenografía: Guillermo Alfaro y Omar Díaz
Diseño de vestuario y maquillaje: Agustina Tassin
Diseño de luces: Gonzalo Urtizberéa
Música original: Martín Pavlovsky
Diseño gráfico y fotografía: Raccon Producciones
Asistente de dirección: Luis De Almeida
Producción ejecutiva: Jorge Alberto Gómez
Producción general: Aragón Cantone
Prensa y difusión: Adriana Schottlender
Solo brumas puede verse los viernes a las 22hs. en el Teatro Belisario, ubicado en Corrientes 1624, CABA.
Sandrina Gallego es profesora de danzas clásicas, cantante, poeta, actriz, dramaturga. Pertenece a AMIBA. Vive en Lanús, Provincia de Buenos Aires.
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