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La decisión por lo americano

Apreciaciones sobre el libro Rodolfo Kusch, Esbozos filosóficos situados, de Ana Zagari (coordinadora), publicado por EDICIONES CICCUS. Rodolfo Kusch (1922-1979) es un autor de una obra enorme, que sigue interpelando la contemporaneidad, generando nuevas miradas y reflexiones relacionadas al estudio de los efectos de la colonización americana.

Este nuevo libro, redactado a partir de la vasta obra de Kusch, está escrito multidisciplinariamente, desde diversos puntos de vista, como el psicoanálisis, las teorías deconstructivas, la lógica fractal y la semiología, así como, desde la teología del pueblo y su pastoral.

Involucrarse con la mirada kuscheana es implicarse con la interioridad del ser humano. Así como, el autor toma el pensamiento heideggeriano, viéndolo de manera castellanizada, estudia el estar en el tiempo llevándolo a analizar el vínculo humano con el mundo y con su interioridad. Piensa, entonces, que todo el progreso, mediante la tecnología y la máquina, hace al hombre blanco negar su “estar siendo” en el espacio/tiempo. Resinificando, así, las formas en que cada cultura originaria se relaciona, desde su propio suelo, con las cosas de este mundo.

Rodolfo Kusch, Esbozos filosóficos situados es un libro que ruge por la liberación, un libro que continúa con la investigación de una filosofía latinoamericana. Escrito por diversos autores provenientes de diversos lugares de la Argentina, cada uno con su mirada subjetiva y con la idea firme de la divulgación de estas palabras por nuestra América.

 

Descripción

Salir de los antropocentrismos, de todos. Del antropocentrismo europeo, pero, también, del porteño. Fue el gesto de Rodolfo Kusch en una Argentina que, en los papeles constitucionales, se afirma federal, pero que, en los hechos políticos, sociales, económicos y culturales, es unitaria.

Con ese claro pensamiento, Kusch parte desde otro lugar: la Puna y su cultura. Se corre del pensar unívoco del llamado centro; descoloca a quien lo lee, porque, primero, se ha descolocado él. Ese des-colocar enfrenta a la tradición de la filosofía occidental que, siempre, ha priorizado la categoría tiempo: el de la teleología, el del progreso, el del fin. Las culturas llamadas originarias están constituidas por el paisaje, por el territorio, por lo ctónico (perteneciente a la tierra profunda). Kusch nos descoloca, porque revierte la primacía del tiempo sobre el espacio al resaltar que el estar significa estar en un suelo, en un espacio-territorio real, imaginario y simbólico.

No se lo asocia a ninguna corriente de la filosofía latinoamericana, a pesar de haber estado allí: filosofía de la liberación, filosofía descolonial. Sin embargo, leerlo en sus obras más acabadas, como América profunda o Geocultura del hombre americano, nos permite asociarlo a una familia filosófica cuyos hermanos más destacados son y han sido Juan Carlos Scannone, Enrique Dussel y Mario Casalla.

Kusch nos pone en otro lugar: valorar lo originario de las culturas, dolerse de la mala vida porteña y afirmar, tímidamente, el mestizaje de América. Un filósofo del campo nacional y popular que no encontró lugar ni en su universidad, ni en su ciudad, vuelve, hoy, en las escrituras de jóvenes que lo hacen imprescindible.

Leer a Kusch en los artículos de quienes, desde su juventud filosófica y generacional, muestran una maduración de las lecturas que, cada una y cada uno, ha hecho de la obra del filósofo, produce una verdadera admiración. Mariana Chendo, Federico Mitidieri, Rebeca Canclini, Javier Rio y Martín Lavella hacen aparecer, en los escritos de nuestro libro, perspectivas y senderos filosóficos que antes no existían.

Es que la obra de Rodolfo Kusch posibilita seguir pensando. Y pensar es una forma privilegiada del amor al mundo.


Frida Jazmín Vigliecca es actriz, directora, docente y licenciada en Actuación (Universidad Nacional de las Artes).

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