Esta segunda manifestación del ECA (Encuentro de la Ciencia y el Arte) propone una profundización de lo acontecido en el 2018, caracterizado por la significación de Teatro Abierto 1981, durante la dictadura. El programa, basado en dos mesas redondas, se inscribe en la Argentina actual. Las personalidades invitadas tienen todas un fuerte y público compromiso con los valores humanistas y con el país.
Las temáticas elegidas (Mesa 1. Memoria y experiencia: el legado intergeneracional y Mesa 2. Arte y activismo en derechos humanos) dan pie, en principio, a algunas reflexiones sobre el concepto encuentro y las múltiples maneras de conjugarlo en el aquí y ahora, en todos sus tiempos: pasado, presente, futuro. Y tomando en cuenta una obviedad: cuando hablamos de pasado o de futuro, siempre, en cada ocasión, lo hacemos en el presente.
Veamos, entonces, algunas reflexiones a la manera de asociaciones libres, que ayuden a pensar. El punto de partida podría ser cartesiano: “pienso, luego existo”, llegar de un salto hasta nuestros días, apelando a Jorge Luis Borges: “El olvido no existe”, y a Elie Wiessel, Premio Nobel de la Paz y sobreviviente de Auschwitz: “Lo contrario de la memoria no es el olvido, es la indiferencia”. Ambos pensamientos, en el marco conceptual de Freud, el viejo Sigmund Freud, descubriendo el inconciente y los secretos ocultos de la palabra. Es decir, una de las mayores revoluciones del trágico siglo XX, junto a la Teoría de la relatividad, de Albert Einstein. Personajes eternos en nuestra cotidianeidad, sepamos o no de ellos.
La Argentina atraviesa un período neoliberal. No es exclusivo de la Argentina. Está ocurriendo en otros países de América Latina y de Europa. No es sólo un modelo económico. Es un encuentro, una asociación muy profunda con la política y la cultura. El neoliberalismo utiliza, como marco propicio e indispensable a sus fines transformadores, el enorme desarrollo tecnológico en las telecomunicaciones, las 24 horas. Sin parar. En las pantallas, en los celulares, en los medios periodísticos, en la palabra del Estado, llámese gobierno. Un cambio gigantesco capaz de penetrar en las mayorías y producir una modificación sustancial de los valores sociales y colectivos que conciernen a todos. Plantea, por prepotencia de mensaje, y logra transformaciones del concepto de civilización, de ser parte junto al otro y a los otros, de una sociedad.
Logra el desarrollo de un tremendo individualismo, calificándolo de beneficioso para el presente y el futuro del sujeto. Afecta, así, el comportamiento, la conducta de las personas, anulando su pensamiento propio, su subjetividad, reemplazada por un Estado que dicta cómo pensar, disciplinadamente. No sólo acude a la comunicación. Fagocita a buena parte del Poder Judicial, buscando apagar los intentos de rebeldía. Un Poder Judicial aliado al oficialismo, bajo el lema: me cago en las leyes y en la Constitución Nacional. Una pinturita.
Si ser y pensar es lo mismo, esta cualidad y calidad humana, de cada uno de nosotros, han logrado, en gran medida, modificarla, restringirla y reemplazarla.
El Encuentro de la Ciencia y el Arte, en el ECA, para nada es casual. Se trata de unir, umbilicalmente, un cúmulo de diversidades, para asumir un poder representativo en beneficio de la sociedad en su conjunto, sin excepciones.
El filósofo italiano Franco Berardi analiza los vastos, enormes instrumentos del capitalismo tecno-financiero, que dice: “nos expone a una masa creciente de estímulos que no podemos elaborar ni conocer en profundidad” y agrega: “ello genera intensificación de la impotencia política y el ascenso de poderes reaccionarios. Como contrapartida, la posibilidad, en nuestro tiempo, es el desarrollo libre del conocimiento, junto al desarrollo de la tecnología, según los intereses de la mayoría de la sociedad”.
Para nada que el conocimiento esté controlado o supeditado a los manejos de la economía. Dicho en otros términos, según la experiencia de estos casi cuatro años en la Argentina, es mejor utilizar una sola palabra que la sintetiza trágicamente: hambre. Hambre en un país productor de alimentos. Ni durante la maldita dictadura se atrevieron a tanto. Cuando juraron a los cargos representativos, por lo que fueron elegidos democráticamente, omitieron decir a quiénes iban a representar ¿Existe alguna palabra para calificarlos?
Volviendo a Berardo, para intentar salir de esta barbarie, propone: “el matrimonio del ingeniero con el poeta”. ECA, el Encuentro de la Ciencia y el Arte.
Dicho Encuentro, será el próximo domingo 8 de septiembre, entre las 12 y las 17,30hs., en el Teatro Picadero, Pasaje Santos Discépolo 1857, CABA, a media cuadra de Corrientes y Río Bamba, con entrada libre.
Allí estaremos en nombre de la ciencia y el arte de la Argentina.
Gerardo Mazur es miembro de la Comisión Organizadora del ECA.
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