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Castelli, el rayo

Con un potente despliegue escénico, Juan Manuel Correa, protagonista y director de la obra, encarna la etapa final de la vida de Juan José Castelli. En el personaje se conjuga la ardiente pasión por la revolución, el anhelo de la emancipación de los pueblos latinoamericanos de la colonia española, las luchas políticas con los factores de poder y las tensiones familiares que lo reclaman en su rol de padre y esposo.

El texto original, de Lía Salas, bibliotecaria e historiadora, investigó este intenso período de nuestra emancipación colonial. Su obra Castelli: el verbo que ilumina y el rayo que mata fue declarada de interés por la Cámara de Diputados de la Nación y de interés cultural y por el Colegio Nacional Buenos Aires. El texto fue muy bien adaptado por Rubén de León.

Juan José Castelli, encarnado por el experimentado Juan Manuel Correa, vive con su temperamento encendido el amor a la libertad de los pueblos y con una notable capacidad de palabra, por lo que se lo recuerda como el Orador de Mayo.

Entre libros, cartas y documentos el personaje del bibliotecario, desde el presente, nos introduce a través de su relato, en las conflictivas instancias que atravesó durante el desarrollo de la Revolución de Mayo.

Tienen un profundo peso dramático las tres mujeres que aparecen en escena: de su vida privada, su esposa que le demanda sus responsabilidades familiares; de su vida pública como militar, Juana Azurduy instándolo a una batalla total; y Belén, la mulata la liberación de esclavos y originarios que anhelan la libertad. Los tres personajes femeninos ilustran con un excelente trabajo actoral y corporal las tensiones de su acción revolucionaria.

El personaje que es contrapunto ideológico con el que sostiene encendidísimas discusiones es el Deán Funes. Lo enfrenta con el poder que representa el clero, cuestionando el estatus político de la revolución tanto en el ámbito local como en Europa, oponiéndose al proceso de cambio y de cuestionamiento de privilegios sociales y de todo tipo. La percusión en vivo le aporta carácter y tensión a las escenas.

El personaje de Castelli es aquí mostrado en los últimos tramos de su corta vida, 1764-1812. Perteneció a una familia acomodada y accedió a una sólida educación en el Real Colegio de San Carlos y también formación teológica. Como hijo de su tiempo fue influenciado también por el ideario filosófico del iluminismo y de la Revolución Francesa. Encarnó un profundísimo compromiso con la causa revolucionaria en el Río de la Plata y luego en el resto de América, con la gran disposición de participar en la emancipación del continente que lo llevó a ejercer responsabilidades en batallas militares.

Como si la “Revolución fuera un sueño eterno”, parafraseando la novela de Andrés Rivera, la obra nos muestra con gran convicción el sacrificio, la pasión, las contradicciones de todo proceso revolucionario y la necesidad de radicalizar las acciones para no fracasar, retroceder o sucumbir a las fuerzas contrarrevolucionarias.

Sus últimos días llegaron en 1812, tras un largo e injusto juicio, que no alcanzó a tener sentencia: murió antes, gravemente enfermo.

La historia nacional siguió su sueño de emancipación latinoamericana. Luego los años de guerra civil dividieron a la reciente nación en encarnizadas luchas; parecieran ser la génesis de sectores –aún- irreconciliables que se enfrentaron durante décadas. Como si en toda época las revoluciones tuvieran una dinámica interna compleja y un devenir contradictorio que va desde la incomprensión a la necesidad de una radicalización de ideas y métodos.

Las actuaciones, todas sin excepción, son intensas y conmovedoras. El/la espectador/a percibe el compromiso del texto, de la dirección y de las actuaciones con esta obra.

Libertad, soberanía, emancipación siguen siendo temas de absoluta vigencia. Y la Revolución de Mayo, quizás, espera su segunda parte.

 

 

Ficha artístico-técnica:

Autora: Lía Salas

Elenco: Juan Manuel Correa (Juan José Castelli), Juan Fernando Martín (Bibliotecario), Gabriela Pastor (Juana Azurduy), Alejo Mango (Dean Funes), Julieta Carpentieri (María Rosa Lynch) y Camila Truyol (Belén)

Músico en vivo: Kirill Odoevsky

Diseño sonoro: Martín Pavlovsky

Vestuario y escenografía: Paula Molina

Diseño de imágenes e iluminación: Fernando Díaz

Diseño gráfico: Pamela Paglieta

Prensa: Valeria Franchi

Colaborador artístico y adaptador: Rubén de León

Asistente: Natasha Biglione

Producción Ejecutiva: Pablo Silva

Dirección: Juan Manuel Correa

Castelli, el rayo puede verse los lunes a las 21hs. en Hasta Trilce, ubicado en Maza 177, CABA.


Adriana Prado es licenciada en Ciencias Sociales y Humanidades y en Bibliotecología y Documentación. Actualmente, realiza periodismo cultural por radio y por redes sociales en “Voces y contexto”, en YouTube: Voces y contexto 4973. Es integrante de EDIT (Encuentro de Divulgadores Independientes de Teatro). Vive en Parque Chacabuco, Comuna 7, CABA.

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