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Amarte es un trabajo sucio (pero alguien tiene que hacerlo), un zoom sobre las relaciones de hoy
Hay obras que enamoran, otras que aburren y algunas, como Amarte es un trabajo sucio (pero alguien tiene que hacerlo), que desconciertan con su título.
El foco de la trama está puesto en la precarización laboral y en la manera en que se relacionan los personajes. Vínculos difusos y complejos que dificultan la circulación de los sentimientos.
Iñigo Guardamino es el autor del libro. Es la primera vez que una obra suya se estrena en la Argentina. Otros títulos, como El año que mi corazón se rompió (2013) y Sólo con tu amor no es suficiente (2017), dan una orientación sobre algunas de las problemáticas que le interesa abordar.
Junto con el director, Raúl Garavaglia (autor de El Che y yo), realizaron la adaptación a la escena porteña.
David es el protagonista, un abogado joven que busca pertenecer al ámbito del derecho y no lo logra. Vive con su madre, separada, con trabajo estable y, siempre, abierta a nuevas relaciones sexoafectivas. El ex-marido es médico, abandonó la casa en tiempos de pandemia y no le interesa retomar el vínculo con su hijo. David tiene una relación con Marta, una community manager que vive con el celular en la mano y que nunca le juró exclusividad.
David, desalentado de sus búsquedas, acepta ser repartidor de pedidos online de la empresa Hermes. En una bicicleta prestada y pensando en el chiste que le va a decir al próximo cliente (y que están obligados a contar), intenta resistir a tanta vulnerabilidad existencial. Precariedad laboral y desprotección legal caracterizan a “los rapis” que se han convertido en los nuevos actores sociales.
Hay otro personaje que va creciendo en escena. Envuelto en una gran capa plateada, anteojos oscuros y sentado en una tarima alta, aparece como el gran hermano, distribuyendo los pedidos que Hermes recibe. Es, también, quien vela por el cumplimiento de la entrega en tiempo y forma y el que sanciona imperturbable cuando no se respetan las condiciones. David se hace amigo de Samu (repartidor, evangelista y con poca moral) quien logró la máxima distinción en la escala del delivery de la empresa.
Como desconectados de la trama al principio de la obra, se presentan unos jornaleros pidiendo trabajo a un capataz sin escrúpulos. Remiten a una postal del siglo XIX, como para recordarnos las desigualdades sociales y la falta de derechos laborales. Imagen que sobrevuela y anticipa lo que vendrá.
Raúl Garavaglia, en una entrevista, recordaba que toda actividad humana presupone un trabajo y que no siempre los resultados son los esperados.
La precariedad, la confusión, el ninguneo, la cultura de la cancelación, el individualismo exacerbado, la falta de empatía y de códigos nos lleva al sálvese quien pueda, naturalizando estas nuevas formas de estar en soledad, donde la luz, al final del camino, se desdibuja.
Barman (1925-2017) hablaba de la pérdida de identidad en el mundo globalizado. La asociaba con “la quiebra del Estado de bienestar y el crecimiento posterior de una sensación de inseguridad, con la degradación de carácter que la inseguridad y flexibilidad en el puesto de trabajo han producido en la sociedad” (2005).
El valor de la puesta en escena, seguramente, esté en visualizar a estos personajes y darles identidad. Por momentos, hay reiteración entre lo que se dice y lo que la acción deja claro.
La iluminación es acertada y contribuye con los climas que se generan. La escenografía es minimalista, como nos tiene acostumbrado el off. Las actuaciones que más llegan son las de David y Marta; tal vez, por la cercanía generacional con sus personajes. Conmueve verlos tan perdidos.
La obra cuenta con el apoyo de CCEBA (Centro Cultural de España en Buenos Aires), Embajada de España.
Ficha artístico-técnica:
Autor: Iñigo Guardamino
Dirección: Raúl Garavaglia
Elenco: Felipe Martínez Villamil, Brenda Raso, Ro Kreimer y Roberto Acosta
Voz en off y asistente de dirección: Gregory Pack
Asistente de producción: Luciana Ligorio
Vestuario: Sebastián Mejías
Escenografía: DT Escenografía
Iluminación: Horacio Novelle
Prensa: Valeria Franchi
Amarte es un trabajo sucio (pero alguien tiene que hacerlo) puede verse los sábados a las 20hs. en Teatro El Extranjero, ubicado en Valentín Gómez 3378, CABA.
Silvia Dasso es docente, Lic. en Sociología (UBA), Master en Gestión de Instituciones Educativas, Universidad de San Andrés (Udesa). Fundadora y directora del Colegio Bilingüe Jardín-Primaria-Secundaria en CABA. Consultora y selectora de personal en el ámbito educativo. Escritora y artista plástica. Vive en Palermo, Comuna 14, CABA.
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