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35° Bienal de Arte de San Pablo. Arte y Poder en Coreografías de lo Imposible

Registros perceptivos

Borja-Villel, uno de los cuatro comisarios responsables de llevar a cabo la 35° Bienal de Arte, explica el título: “Son dos términos antitéticos. Imposible implica el límite, aquello que no puedes hacer. La coreografía implica una inscripción en el espacio que conlleva un movimiento, un relato y una gobernanza propios”.

Si esta Bienal postpandemia es una invitación a pensar, a preguntarse sobre los temas coreografiados y a imaginar alternativas posibles (léase nuevas coreografías) te cuento que, por aquí, lo logró ampliamente.

Hay una mística, una dialéctica entre arte y poder de lo que se exhibe en los tres pisos del Pabellón Ciccillio Matarazzo, ubicado en el pulmón más importante de la ciudad: el Parque Ibirapuera.

Para esta edición, los mástiles están sin banderas. Las categorías normativas como nación, nacionalidad, edad o año de nacimiento no fueron tenidas en cuenta. Ni los nombres de les artistas comienzan en mayúscula.

El equipo curatorial, integrado por tres afrodescendientes: Diana Lima, Grada Kilomba, Helio Meneses y Manuel Borja-Villel -ex director del Reina Sofía-, decidieron prescindir de un curador jefe. Todas las decisiones se tomaron horizontalmente, desconociendo la clásica estructura jerárquica piramidal.

Las sabidurías, tradiciones y culturas no occidentales son reivindicadas en esta Bienal (la más importante después de la de Venecia). Y que un 80 % de artistas no blancos participen puede ser leído como respuesta al crecimiento de los “nuevos” fascismos y al avance de las derechas.

Platón, por medio de sus diálogos, proponía llegar a la verdad, al conocimiento. Entiendo esta Bienal en clave dialéctica y como camino para coreografiar otras versiones. Muestra las contradicciones entre tantos siglos de eurocentrismo y lo que ya estaba antes de ser “colonizado”. El Colectivo de Arte Ayllu (grupo de emigrantes españoles), presentes a través de obra en el tercer piso del Pabellón, sostiene: “Aquí nadie descubrió América”.

La Bienal argumenta, muestra, confronta, debate y persuade a través de lo producido por más de sus cien artistas.

En la planta baja, ni bien entrás, hay una instalación con vías de ferrocarril. Es una invitación a recorrerla. A la derecha de los durmientes hay vasijas rotas y, más adelante y a ambos lados, otras intactas. La pregunta sería: ¿qué viaje querés hacer?, ¿el que arrasa con lo encontrado por los “colonizadores” (cerámicas destruidas) o el que integra y respeta lo hallado?

Unos pasos más adelante, una gran instalación en maderas talladas por el filipino Kidlat Tahimik, conjuntamente con artistas brasileños, te espera. Un caballo como el de Troya captó toda mi atención. De su panza no bajaban soldados, desembarcaban miniaturas recreando los tan conocidos Spider-Man.

Mikey y Marilyn Monroe mirados/as por una deidad negra y filipina invitaban, junto con muchos otros íconos norteamericanos, a preguntarse: ¿qué quiso decir?

Hacer arte y convocar a artistas para superar lo Imposible puede ser una pista.

La Argentina está representada por la recientemente fallecida Elda Cerrato y por el Archivo de la Memoria Trans. Este Colectivo, creado en 2012 por María Belén Correa y Claudia Pía Baudracco, expone más de tres mil piezas entre fotografías, noticias periodísticas y cartas, registrando violencias, persecuciones y pedidos de justicia y derechos.

Apelando al Universo como Unidad y a la importancia de la energía, el film Segmentos Okidanokh (1964-2022) fue presentado por Elda, junto con Ramiro Larraim, Luis Zubillaga y Luciano Zubillaga.

Las obras de Cerrato expuestas muestran raíces espirituales y trascendentes atravesadas por la cábala y el esoterismo.

Refugiados palestinos en el campo de Balata, Cisjordania, 2012, dialogan con la película africana Sombizanga, de Rosana Paulino, y con los registros fotográficos de la cotidianeidad de barrios africanos, por Zumvi Arquino. Coreografías de lo Imposible tan separadas y tan conectadas al mismo tiempo.

La Naturaleza y su defensa, como también los mares y el Amazonas, hacen sentir sus reclamos. En esta Bienal están todes, todas/os las/os que fueron ocultadas/os, devastadas/os, ultrajadas/os y perseguidas/os a cambio de una Historia Oficial que ofrecía espejitos de colores y cuyos reflejos nos encandilaron durante siglos.

Coreografías de lo Imposible es una invitación a ejercitar la memoria a través del arte. Es una invitación a Coreografías lo Posible. El tercer paso de la dialéctica es la síntesis (argumentar y contra-argumentar para, luego, esbozar nuevas líneas de pensamiento).

La civilización que nos vendieron no fue otra cosa que barbarie edulcorada.

Un breve mensaje de los pueblos Berberes, pegado en una pared, entre tantas obras, decía: “um evento sem um poema é um evento que nunca aconteceu” (“un evento sin un poema es un evento que nunca aconteció”).

Tal vez, más poesía y más arte sean las claves para “Coreografiar nuestro presente».

Gracias Brasil. Gracias 35° Bienal de Arte. Gracias Mario, la guía trans que me acompañó en el recorrido.


Silvia Dasso es docente, Lic. en Sociología (UBA), Master en Gestión de Instituciones Educativas, Universidad de San Andrés (Udesa). Fundadora y directora del Colegio Bilingüe Jardín-Primaria-Secundaria en CABA. Consultora y selectora de personal en el ámbito educativo. Escritora y artista plástica. Vive en Palermo, Comuna 14, CABA.

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