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Un Ángel en la Academia Nacional del Tango

El lunes 26 de septiembre a las 19hs. se llevó a cabo, en la Academia Nacional del Tango, un homenaje para recordar a un importante gestor cultural, Eduardo Bergara Leumann.

Con el auspicio de FECOBA (Federación de Comercio e Industria de la Ciudad de Buenos Aires), Lilian Fadel -una de sus integrantes- se puso al hombro, una vez más, la tarea de recordar a este artista indefinible y multifacético.

Todo comenzó con las palabras de Gabriel Soria, presidente de la Academia Nacional del Tango, y, a partir de allí, desfilaron distintos artistas rindiendo tributo a Leumann.

Roxana Fontán, Néstor Fabián, Carlos Marzán, María José Demare, Víctor Frontera, Raúl Luzzi, Silvia Reyes, Carlos Varela, Pablo Banchero, Manuel Balbuena y Daniel Angelone se hicieron presentes para recordar al Gordo Bergara. Un momento emotivo fue el que se vivió con Graciela Susana, cantante que supo llevar su tango por el mundo y que había debutado en la vieja Botica del Ángel.

Eduardo Bergara Leumann.

 

Eduardo Bergara Leumann: artista plástico, vestuarista, escenógrafo, conductor televisivo

 

Eduardo nació, en Buenos Aires, el 5 de septiembre de 1932. Y falleció al cumplir 76 años, el 5 de septiembre de 2008.

Artista irreverente, inclasificable y nómade.

Bergara Leumann unió como nadie una profunda sensibilidad, su indeclinable pasión por el trabajo, la capacidad de convocar gente de diversas procedencias y un sentido del humor superior para crear un personaje que lo transformó en uno de los principales promotores de cultura de Buenos Aires.

Alguna vez, se definió a sí mismo como “argentino, hijo único, sincero y goloso”.

Debutó en teatro a los 20 años, con Pregón federal, obra que escribió y actuó; creando, también, la escenografía y el vestuario. En 1955, hizo su primera aparición en el cine con el filme La simuladora, de Mario Lugones. En las décadas del 50 y el 60, el «Gordo», como le decían sus amigos, incursionó en el área de vestuario y escenografía, como director de la sastrería del Teatro General San Martín. En 1964, pasa a ser vestuarista de Canal 13. De hecho, la primera Botica del Ángel, que inauguró el 8 de diciembre de 1966, con un recitado de Lola Membrives, era originalmente una sastrería teatral. Pero, se convirtió en el primer café concert de la ciudad, luego de que un carpintero le entregara una tarima excesivamente amplia como probador y la convirtió en el escenario de aquel mágico reducto DE LA CULTURA.

Debutaron allí: Susana Rinaldi y Horacio Molina, entre otras grandes figuras artísticas del país. En cada presentación, había vestuario y escenografías diseñadas por plásticos, como Berni, Roux, Castagnino y Soldi, quien pintó una pequeña cúpula en la vieja Botica del barrio de Monserrat. Por aquellos años, la esposa del dictador Onganía, visitó la Botica, molestándose con las instalaciones montadas en un baño por Antonio Berni. El artista plástico había intervenido, como hoy se dice, un baño con Ramona, el personaje que significa la prostitución social y agregó varios frasquitos que simbolizaban los abortos sociales. La osadía no fue del agrado de aquella señora y la Botica fue clausurada por tres meses.

Desde Niní Marshall a Tania, Antonio Gasalla, Leonardo Favio, Haydée Padilla y Nacha Guevara, todos, todos los grandes de la escena nacional actuaron o pasaron por la Botica. Allí, Bergara Leumann recibía personalmente a cada uno de los parroquianos, ofreciendo un pequeño cántaro con vino. De esta forma, nacía el primer café concert de la Argentina. “Botica es lo que es el país: un cóctel”, dijo, alguna vez, refiriéndose al reducto que funcionó, desde su creación hasta comienzos de los ‘70, en Lima 670. Demolida, luego, para el ensanche de la avenida 9 de Julio, donde se perdieron obras invaluables. Posteriormente, se mudó a la calle Luis Sáenz Peña. Eduardo se ausentó del país entre 1974 y 1980, época en la que colaboró con Federico Fellini en el filme Casanova y actuó en Calígula, de Tinto Brass.

A su regreso a la Argentina, traslada el formato de Botica del Ángel a la televisión, bajo el nombre de Botica del tango. Con informalidad e irreverencia, pero, con muy buen gusto supo presentar el TANGO en un ciclo televisivo que se mantuvo, casi, por una década al aire. Recreando el clima de su café concert. Allí, reunió a figuras tan disímiles como Jorge Luis Borges, Rosita Quiroga, Ernesto Sábato, Lolita Torres, Raúl Lavié, Roberto Goyeneche o Mirtha Legrand. Definiendo su carácter dinámico y su capacidad para imaginar y realizar dijo, en una ocasión: “Siempre me jacto de inventar, de crear cosas nuevas permanentemente.”


Carlos Varela es cantor, productor discográfico, artístico, televisivo y radial. Vive en Boedo, Comuna 5, CABA.

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