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María Zubiri, una dramaturga con humor profundo y transformador

Asteroide, fin de un mundo imposible, por Cervantes Online

El viernes 18 de diciembre se estrenó, vía streaming, desde el Teatro Nacional Cervantes, Asteroide, fin de un mundo imposible, escrita por María Zubiri y dirigida por Cecilia Meijide. Con Carlos Belloso, Eugenia Guerty, Julián Larquier, Luis Machín y Camila Peralta.

El Ciclo Nuestro Teatro propone -en esta época en que la actividad teatral está casi detenida- generar los instrumentos necesarios para que el conjunto de las artes escénicas siga funcionando. A tales fines, Asteroide, fin de un mundo imposible, se filmó bajo estrictos protocolos, en la sala María Guerrero del Teatro Nacional Cervantes, y es una de las 21 obras filmadas, seleccionadas del Concurso Nacional de Dramaturgias de dicho ciclo, sobre un total de 1548 obras presentadas. Además, se seleccionaron otras 12 obras representativas de las distintas regiones del país, que serán filmadas en sus respectivas provincias, con elencos y directorxs locales, en colaboración con el Instituto Nacional del Teatro. Y, por último, fueron elegidas 36 obras más, que recibirán una mención especial del jurado y un premio monetario, como todas las personas seleccionadas.

María Zubiri es actriz, dramaturga, directora y docente. Licenciada en Actuación por la Universidad de las Artes (UNA). Recientemente, egresada de la Diplomatura en Dramaturgia del Centro Cultural Paco Urondo de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA.

Quienes hemos tenido la oportunidad de verla en escena, sabemos que esa figura aguzada concentra la fortaleza de una fiera teatral. En ambos escenarios, la actuación y la dramaturgia, nos mantiene en una tensión constante. Coherente a sus imágenes, convierte en acción cada peripecia que viven sus personajes. Su trama cautivante consigue plasmar, en esas atmósferas disfuncionales y hasta distópicas, la simplicidad que necesita la gente afectiva. Las irrupciones y digresiones en sus diálogos son como un pellizco sutil de palabras que no permite distracción. La entrada, una ficción sin juicios ni restricciones. La hilaridad aguda es la recompensa.

Así anticipa su Asteroide, fin de un mundo imposible, María Zubiri:

“¿Se aproxima el fin del mundo? Un asteroide se dirige hacia la tierra. Los Milton invitan a cenar a su hija Monti que trae a su novio para presentarlo a la familia. La noche se torna especial e inesperada. Impulsados por lo inevitable, los Milton develan sus secretos más profundos. Ninguno de ellos es quien dice ser realmente… (…) Una enorme piedra irónica deja en claro que la mentira y el egoísmo ya no pueden seguir siendo moneda corriente”.

Una mampostería revestida de flores, presagio de “la catástrofe doméstica”, como la caja concertada que permite imaginar lo que se relata en el afuera próximo, un jardín tapado de hojas secas, una pileta de aguas pútridas y la plaga de ranas, que aventura el inminente impacto de la roca cósmica que, como dice la hija de la familia, poseída por su origen arrebatado:

“Monti: Sabor cobre, sangre con cobre, tajo en lengua. Canal eléctrico soy, traigo historia en lengua, que pronto caerá, pudrirá, morirá”.

María Zubiri.

Con Fervor: ¿Cómo surge y fue construyéndose Asteroide, hasta llegar a presentarse en Nuestro Teatro?

María Zubiri: Asteroide surge en el marco de la Diplomatura en Dramaturgia del Centro Cultural Paco Urondo de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA. Cada quien, estaba escribiendo su obra y surgió la mía. El primer disparador fue un cuadro de Edward Hopper y lecturas de obras de Harold Pinter. Inspirada por esos dos universos comencé una primera escena en la cátedra de Teoría y práctica, con Sol Rodríguez Seoane. Y, luego, continuó, como formato de obra en el taller, con Andrés Binetti. Con un seguimiento muy interesante del profesor y les compañeres se conformó un grupo de mucho intercambio, súper fructífero. Ese mismo año, 2019, terminé la obra y, en este tiempo pandémico, donde la escritura fue un gran salvataje, adapté Asteroide para presentarla al Cervantes.

CF: ¿Qué inaugura ser parte de CervantesOnline?

MZ: Es un orgullo estar en este teatro, en el cual, también, trabajé como actriz. Es una novedad estar como dramaturga, porque, en general, suelo trabajar en la actuación, incluso, como directora. Y la felicidad que tuve cuando me dijeron que estaba elegida fue enorme. Y, además, en este momento de pandemia, por lo cual, estoy muy agradecida con la producción del Cervantes: Sebastián Blutrach, Romina Chepe y Mónica Paixao. Porque le dieron trabajo a un montón de artistas en el mundo del teatro e, inclusive, de las audiovisuales.

Es el principio de algo que me estimula como dramaturga, especialmente, en estos momentos tan difíciles. Sobrellevarlos trabajando con estxs actorxs y como directora es maravilloso. Siento que la obra, aún, tiene mucho recorrido por delante, pero, confío en el material, que pueda seguir creciendo.

CF: Vos dirigís, habitualmente, tus obras ¿Es la primera vez que un texto tuyo es dirigido por otra persona? ¿Qué ilumina esta experiencia?

MZ: Suelo dirigir las obras que escribo, aunque, no es la primera vez que dirige otra persona. Mi último texto, Toda persona vista de cerca es un monstruo, la realizó la compañía que integro, Los pretendientes. Hicimos un enroque de roles. Uno de los actores, Mauro Antón, asumió la dirección y yo actué con el resto del grupo: Maximiliano Prioriello, Sol Kohanoff y Emiliano Pandello. Todxs nos conocemos mucho, estuvo muy charlado, hay una compresión muy profunda y confío, plenamente, en la mirada de Mauro. Así que fue un proceso muy hermoso.

En este caso, fue distinto, porque la obra fue completamente entregada a una dirección. A la cual confié, porque, he visto trabajar a Ceci (Cecilia Meijide) y me gusta mucho lo que hace y me puse muy contenta de que sea ella.

Ilumina un montón estar del otro lado y ver cómo otrxs artistas completan y amplían tu propio texto. Ceci trabajó con el suspenso, quiso sumarle espesura. Está bueno correrse del lugar preestablecido que una tiene al escribir la obra, que te la imaginás de determinada manera y llega alguien y pone la lupa en otros tramos. Eso la engrosa a la obra, la multiplica.

CF: El texto habla, con mucho humor, de aquello que el universo ya no soporta e invita a transformar ¿Ves plasmado este humor en la puesta en escena? ¿De qué manera?

MZ: La obra tiene mucho humor. A mí me interesa trabajar desde ahí. Un humor trágico, insólito y eso está en la obra, mezclado, también, con el suspenso y lo siniestro, en donde la puesta hace hincapié. Los personajes de Patricia, Isidro, Monti y Wilmer, presentados como corridos, quien habla o se mueve con rareza o a quien le falta el brazo. Tienen eso que, sin explicar, alumbra un patetismo que genera humor, acompañado desde las actuaciones y sumado a un tempo que le agrega otros matices.

CF: Monti trae un tajo en la lengua, ¿qué es esa zanja que, hoy, drena al saber de su origen?

MZ: El tajo en la lengua de Monti y sus miembros, como chicles, en ese último monólogo, lo asocio a Túpac Amaru, algo de la rebelión aborigen que es silenciada por las clases dominantes, donde lo originario queda puesto en un lugar marginal, el de quienes no pueden alzar su voz.

Toda esa potencia que tuvo Wilmer en sus inicios, una fuerza rebajada por esa clase pudiente, aristocrática y burguesa, que oculta el verdadero origen en ese intentar ser otrxs. Y generan ese corte en la lengua de la voz del pueblo que Monti representa. Una identidad cercenada y puesta en el ocultamiento de la familia Milton. Por eso, a partir del descubrimiento de su verdadera identidad, Monti puede conectar con su origen.

Durante el acopio de material para la escritura, investigué mucho sobre la restitución de nietxs e hijxs de personas desaparecidas durante la última Dictadura cívico-militar en nuestro país. Personas que, hasta ese momento, se sentían diferentes y no sabían bien por qué. Y qué pasa cuando se recupera la identidad, allí empieza otra historia, liberadora.

Asteroide, fin de un mundo imposible.

CF: ¿Cómo vivís, desde la dramaturgia, este tiempo de confinamiento? ¿Qué espacios íntimos, institucionales y/o grupales fueron y son tu sostén?

MZ: El confinamiento me trajo muchos aprendizajes. Desacelerar, volver a valorar el silencio, el cuerpo interno y la escucha profunda. Dejar de perseguir la zanahoria que nos ponen desde afuera, bajar unos cuantos cambios y conectarme con el deseo de escribir, por ejemplo. La dramaturgia como un gran sostén, porque, es una manera de canalizar inquietudes, angustias y mundos de fantasía que, al no poder actuarlos y llevarlos al cuerpo, la escritura les y me permite volar.

La Diplomatura fue otro gran sostén, junto a les compañeres, la familia y les amigues. Los vínculos cobraron el valor que merecen en mi vida. Y la escritura fue un refugio.

“Patricia: Que si, la bocota, la piel, el cuerpo cuadradote que tan extraño te pareció siempre y yo intentaba disimular con vestiditos de encaje”.

Estoy agradecida con el Cervantes y con cada unx, porque lo dieron todo. Fueron sólo diez días de ensayos. Todo un equipo, la escenografía, la música, la exquisita dirección de Cecilia Meijide y el elenco: Carlos Belloso, Eugenia Guerty, Julián Larquier, Luis Machín y Camila Peralta.

Lo hermoso que hicieron con el texto, lo multiplicaron. Fue conmovedor presenciarla en el Teatro, sentir que podíamos seguir creando con los protocolos. Me dio mucha alegría ver en acción gente que, aún, apuesta a la cultura y al arte. Una mezcla de angustia por lo que vivimos y, a la vez, sabiendo que nuestra profesión se encuentra en un momento de bisagra, donde tenemos que reinventarnos, cambiar los formatos y las plataformas. Es un desafío enorme y el Cervantes está a la altura de las circunstancias.

“Monti: Soy una india extraterrestre a punto de reventar. Mis extremidades se estiran como chicles, caigo adentro de un agujero negro, o… ¿me están por descuartizar? (se toca el cuerpo comprobando estar entera) ¿Estoy entera? ¿Soy yo? ¿Soy otra?”.

CF: Las napas de la casa creciendo, los huecos de la mentira y el ocultamiento carcomen a esta familia, hacen síntoma. El padre, Isidro, con su temblor descontrolado. La dureza de Patricia, la madre, intentando que sus botas sigan pisando a fuerza de disciplina de estancia. Los cuerpos encorvados, como sumisión de clase, en Monti, Ricardo y Wilmer.

Zubiri sabe que es necesario que estos mundos se acerquen y lo hace desde la escritura mestiza, entre payada y trap, un momento que impacta y se espera que tiña a toda la obra. Por el contrario, todo vuelve a ajustarse al ostinato de negras que produce cierta solemnidad, sin que estalle la ironía rítmica e hilarante a la que el texto nos invita. Sin que impacte, finalmente, el asteroide y vuele todo en mil pedazos. Tal vez, este es el punto difícil al que, aún, nos enfrenta la filmación de teatro y la ausencia de ritualidad de repetición.

Quienes gestamos lenguajes escénicos, sabemos que el momento del estreno es el inicio de otra experiencia, donde la obra se expande, se lubrica de las propias resonancias y el sentido se multiplica desde el vibrante convivio.

La revista Con Fervor recomienda acompañar el ciclo Nuestro Teatro. En cada entrega se aprecia una apuesta y se descubren dramaturgias emergentes. En especial ésta, donde Zubiri y Meijide son la primera dupla de mujeres creadoras del ciclo, que abre la escena con clara alteridad, para dar forma a Asteriode, fin de un mundo imposible, con actuaciones bien orientadas por la dirección. Cada quien hace de sus pequeños gestos un territorio de preguntas físicas, que vuelven atractivo el dispositivo escénico, en un intento válido de reconfigurar el teatro para la virtualidad.

Asteroide, fin de un mundo imposible.

 

Asteroide, fin de un mundo imposible

 

Autora: María Zubiri

Actúan: Carlos Belloso, Eugenia Guerty, Julián Larquier Tellarini, Luis Machín y Camila Peralta

Producción: TNC Marcelo Dorto

Asistencia de dirección: TNC Esteban de Sandis

Música: Guillermina Etkin

Iluminación: Ricardo Sica

Vestuario: Cecilia Zuvialde

Escenografía: Mariana Tirantte

Dirección: Cecilia Meijide

Duración: 45 minutos

Desde el viernes 18 de diciembre, a las 20hs., en Cervantes Online:

Ciclo Nuestro Teatrohttps://www.youtube.com/channel/UC4jy_ly_xzt9ga1Qp_TfUeQ

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