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La Moribunda, una simbiosis entre vida y arte

La Moribunda fue escrita y actuada por Alejandro Urdapilleta y Humberto Tortonese. Es un homenaje a Batato Barea; amigo y artista de estas dos grandes figuras. Batato no pudo verla; falleció antes de su estreno.
La obra es una tragicomedia que explora temas propios y de todas/os, como la muerte, la búsqueda de sentido, el amor. El lenguaje absurdo y la crítica social reflejaron la estética del teatro under de los años ‘80 y ‘90. El humor desenfadado, ácido fue usado como la mejor herramienta de expresión para interpelar al público. Se estrenó en el Morocco en 1997 y, a lo largo del tiempo, fue llevada a escena con diferentes elencos y equipos.
Actualmente y bajo la dirección de Malena Miramontes Boin en Ítaca Complejo Teatral, se estrenó una nueva versión, una relectura que se abre a nuevas preguntas y a nuevas catástrofes, como ocurrió con la Pandemia.
Malena nos tiene acostumbradas/os a poner en escena, reversionar y dirigir obras de calidad, como sucedió recientemente con La Maddonita, de Mauricio Kartun. Su formación como directora, productora de teatro y diseñadora de iluminación le permite manejarse en el mundo de las artes escénicas con soltura y libertad. Sabe lo que busca. Y es en esa recreación donde Miramontes Boin, sabiamente, potencia y explota la fuerza de La Moribunda. Pone brillo donde hay sombra, suma las arias de Puccini donde hay oscuridad. La fantasía, el humor, lo glam, lo queer, lo exagerado son usados como actos poéticos de resistencia ante el dolor y la conciencia de la finitud.
La historia habla de tres hermanas: Kara y Karren que cuidan a Kiri, la hermana mayor, agonizando en la habitación de arriba. Mientras esperan el desenlace, Kara y Karren crean una realidad paralela; juegan con el tiempo y lo modifican desesperadamente para no ser tragadas por las fauces de la angustia y la desesperación.
Las actuaciones de Darío Serantes (Karen) y Juan Rutkus (Kara) son excelentes, se complementan. Oficio, espertiz actoral, sensibilidad e internalización del texto son características de estos actores para destacar; atraviesan la platea. El público se convierte en un/a activo/a espectador/a. Se ríe, aplaude.
Alejandro Mateo diseñó un vestuario llamativo, original, colorido donde, junto con la escenografía, completan un cuadro surrealista.
Matías De Stéfano se destaca en el diseño sonoro y en la música que se escucha con total nitidez.
La iluminación, a cargo de Malena Miramontes Boim, acompaña y crea los climas necesarios para acompañar los parlamentos de los actores.
La Moribunda es un a obra para ver, disfrutar, recomendar y celebrar.

Ficha artístico-técnica:
Autoría: Humberto Tortonese y Alejandro Urdapilleta
Actuación: Darío Serantes (Karen) y Juan Rutkus (Kara)
Diseño de escenografía y vestuario: Alejandro Mateo
Diseño de iluminación: Malena Miramontes Boom
Diseño sonoro y música original: Matías De Stéfano
Diseño gráfico: Sabrina Lara
Fotos: Nacho Lunadei
Redes sociales: Agustín Cursi
Prensa y comunicación: Valeria Franchi
Producción: Verónica Parreño
Asistencia de dirección: Ayelén de la Rosa
Dirección: Malena Miramontes Boin
La Moribunda puede verse los jueves a las 20.30hs. en Ítaca Complejo Teatral, ubicado en Humahuaca 4027, CABA.

Silvia Dasso es docente, Lic. en Sociología (UBA), Master en Gestión de Instituciones Educativas, Universidad de San Andrés (Udesa). Fundadora y directora del Colegio Bilingüe Jardín-Primaria-Secundaria en CABA. Consultora y selectora de personal en el ámbito educativo. Escritora y artista plástica. Vive en Palermo, Comuna 14, CABA.
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