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La extraña, de Sándor Márai

Críticas del criticado (primera entrega)

Sándor Márai es, sin dudas, un narrador delicioso, sutil y que maneja el lenguaje de modo magistral. Nacido en Kassa -pequeña ciudad húngara que, actualmente, forma parte de Eslovaquia- el 11 de abril de 1900, es considerado el mayor escitor húngaro del siglo XX. Se pronunció contra el fascismo y el nazismo durante la Segunda Guerra Mundial -Hungría fue tomada por los nazis en 1944- y se exilió en EE.UU., donde se suicidó el 22 de febrero de 1989. Aunque, es conocido por su obras narrativas, también escribió poesía, dramas y artículos periodísticos.

La extraña, publicada en 1934, narra las aventuras y desventuras de Viktor Henrik Askenasi. Alterna la narración en tercera persona con un íntimo monólogo interior -desarrollado con diferentes técnicas narrativas- que sumergen al/la lector/a en los recovecos más profundos y torturados de la mente del protagonista. La conciencia de Viktor se convierte, por momentos, en un símbolo de la condición humana y sus dilemas nos atraviesan y nos ponen en conflicto de modo permanente. Asimismo, producen certeros e interesantes cuestionamientos a la cultura europea de la época, que, en ciertos aspectos, se tornan actuales.

El autor nos va presentando al protagonista de modo paulatino y, primeramente, desde la mirada de los/as otros/as. La figura de Askenasi es ambigua y pasa de poder ser considerado una víctima a un victimario y viceversa. Es frecuente que el autor no cierre los problemas que plantea su novela, sino, que deje a la conciencia del/a lector/a la tarea de resolverlos, si puede. Viktor es un metódico y burgués profesor del Instituto de Estudios Orientales de París -donde vive con su familia-, personaje complejo y multifacético, que abandona a su mujer e hija pasados los 40 y habiéndose casado cuanto tenía alrededor de 20 años, para irse a vivir con una bailarina rusa mucho más joven. Con esta última vive un periplo que es todo lo opuesto a su vida anterior -va de pensión en pensión o de hotel en hotel y se codea con gente extravagante y, a veces, interesante del mundo del espectáculo- y que lo lleva a replantearse su existencia por completo.

Pero, también, le permite desarrollar algunos interrogantes que lo han perseguido toda su vida. Uno de ellos, quizá el primordial, tiene que ver con «la pregunta de por qué había sufrido siempre de una forma tan vergonzosa, qué finalidad podía tener la Idea respecto al ser humano al infligirle tormentos tan humillantes y sin fin, y, más en general, por qué no logra uno encontrar la satisfacción». Buscar la respuesta a esa pregunta es el motor que pone en acción los hechos que se superponen a lo largo y a lo ancho del texto. El pensamiento de Platón aparece continuamente como marco teórico de sus elucubraciones metafísicas. Pero, parecería ser, que la llave que podría conducirlo a la verdad en cuanto a sus terribles dilemas se encuentra en la relación, efímera o sustancial, con diferentes mujeres, no sólo su ex mujer -Anna- o la bailarina rusa -Eliz.

La extraña es una novela magnífica, que permite al/la lector/a cuestionarse acerca de aspectos de su existencia en este complejo mundo que, quizá, hasta ese momento no había podido o no se había animado a enfrentar de modo concreto y sin máscaras.


Santiago Julián Alonso es artista plástico, escritor, dramaturgo, licenciado en Letras (UBA), periodista e investigador en el Centro Cultural de la Cooperación. Vive en Villa Ciudad Parque, Córdoba.

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