Mirada en obra

La revista Con Fervor tomó contacto, a través de Eugenia Bekeris -una de nuestras ilustradoras- con un importante grupo de artistas visuales que dialogan, de modo virtual, sobre su creación artística en el contexto de emergencia que estamos atravesando. Y las entrevistamos, en conjunto, para hablar sobre su interesante proyecto, titulado Mirada en obra.

Eugenia Bekeris es artista visual argentina. Pertenece a la Segunda Generación descendiente de la Shoá. Su obra es testimonial, recuperando el lenguaje a través de la Acción del Arte, para reconstruir su identidad. Aborda lo irrepresentable, lo inimaginable: el silencio, instalado por el horror en su familia atravesada por el genocidio nazi. Trabaja, desde el arte, la memoria de las catástrofes. Entrecruzan dos lugares de tiempos de memoria: Shoá y dictadura militar. Creadora de espacios de reflexión interdisciplinarios como estrategia de aprendizaje y transmisión. Coautora de Dibujos Urgentes 2010/2021, autora de Tu Mirada, retratos Testimoniales Intervenidos (2015), Retratos de Hijos, familiares de víctimas de la desaparición forzada. Integrantes de la Comunidad Mapuche, Hijos de Sobrevivientes de la Shoá, Jardines, dibujos de la naturaleza, paisajes al aire libre (2017), «negra leche del amanecer». Retratos de sobrevivientes de la Shoá (2008), Instalación Testigos, un solo testigo y no podrán desaparecer la historia (2000) y El Secreto (1995). Contacto de la artista: eubekeris@gmail.com

Patricia Fente egresó de la Escuela Prilidiano Pueyrredón en Pintura. Es licenciada en artes visuales en Pintura (IUNA). Estudió con los maestros José Rueda, Juan Carlos Distéfano y Ariel Mlynarzewicz. Su última exposición individual la realizó en 2019, en la Galería Palermo H. Trabajó dirigiendo el área de Pintura y artesanía teatral en el Complejo teatral de Buenos Aires, hasta el año 2019. Actualmente, trabaja en su taller en Buenos Aires. Contacto de la artista: patfente@gmail.com

Ana Paula Luberti es profesora y licenciada en artes plásticas, egresada de la Facultad de Bellas Artes de La Plata (1999). Nació en Carmen de Patagones, pero, vive, desde el 2000, en Junín de los Andes. Dicta clases de pintura y dibujo en un centro de iniciación artística de dicha localidad. Ilustró varios libros de escritores de la Patagonia. Ha participado en muestras colectivas e individuales. Trabaja en su obra de manera constante, abordando temas referidos a las cartografías y los refugios, lo hace, básicamente, a través del dibujo con lápices, tintas y acuarelas. Contacto de la artista: lubertia@gmail.com

Roxana Mercure es pintora. Su experiencia de aprendizaje ha sido en talleres de pintura. Su primer maestro fue Eduardo Medici. Luego, asistió a los talleres de Héctor Medici, Ernesto Pesce y Juan Astica. Menciona, asimismo, a Armando Sapia, The Older, quien, en su corto paso por la Escuela Nacional de Bellas Artes Prilidiano Pueyrredón, fue su profesor de dibujo. Participa, desde 2007, en BonPlan. Taller de pensamiento en Filosofía y Literatura, coordinado por Gonzalo Aguirre, doctor en Filosofía. Este espacio acompaña su quehacer artístico, generando una potencia estética que imprima en superficies hacia el color. Contacto de la artista: roxanamercure1@yahoo.com.ar

Destacamos que las respuestas fueron realizadas por las cuatro artistas en conjunto.

Con Fervor: ¿En qué consiste el proyecto Mirada en obra?

El proyecto Mirada en obra surge del acercamiento de un grupo de artistas visuales, que plantean la necesidad de intercambiar inquietudes, posiciones estéticas y experiencias sobre su quehacer artístico. La propuesta es poner la obra en tensión, para que el diálogo brinde una dimensión más amplia, enriquecedora e inédita, gracias a la contemplación atenta del otro. Armar un taller virtual de mirada crítica y aporte de conocimiento, compartiendo la vivencia cotidiana de nuestro oficio.

El nombre de nuestro grupo propone una mirada que transforme, que hienda, que, precisamente, trabaje en la obra.

CF: ¿Por qué decidieron reunirse, qué objetivos buscaban y qué resultados obtuvieron?

Los objetivos se integran en el proceso continuo de conocimiento de los integrantes y su acercamiento a la obra. Los resultados se manifiestan en una apreciación más profunda, quizá, una mayor comprensión de la obra ante la mirada novedosa del otro y su palabra. Así, fue surgiendo un espacio de análisis, debate y apoyo muy alentador y nutritivo. El diálogo se dinamiza y aporta a la obra un plus muy enriquecedor, sobre todo, cuando el trabajo y el estilo de cada una de nosotras es bastante diferente entre sí. Salen a la superficie afinidades artísticas, afectivas y éticas que se vuelven un modo de presentarnos en el mundo. Quizá, allí podría empezar a considerarse si existe una razón social o comunitaria en los hechos artísticos pensados como un modo de vivir.

En nuestros encuentros, además del análisis de la obra, abordamos cuestiones tales como el tratamiento del material, sus posibilidades y sus transformaciones. También, pueden aparecer cuestiones anímicas y espirituales, ya que pintar, dibujar, hacer música o escribir, por nombrar algunas actividades, está sumamente ligado a un terreno muy sensible y misterioso de la existencia.

Un punto de mucho interés y coincidencia es pensar cómo encontrar posibles para el andar de la obra fuera del taller. Esto es, hacer exposiciones colectivas, entrevistas con medios especializados, participar en concursos, becas o acceder al apoyo de otros artistas que ya han avanzado más y puedan acompañarnos.

Llevando adelante este deseo, nos reunimos semanalmente, en modo virtual, en esta situación especialísima de pandemia, donde, también, leemos notas de otras/os artistas del mundo de la plástica y del pensamiento, miramos obras consagradas por la historia del arte y el arte contemporáneo.

CF: ¿Cómo ven la situación político cultural del sector de las artes visuales? Por ejemplo, en cuanto a los derechos o cuestiones legislativas.

Sinceramente, tenemos bastante desconocimiento sobre cuál es el espacio institucional, de qué manera el Estado cuida, promueve y apoya la actividad artística, específicamente, en las artes plásticas.

Se puede percibir, con cierta desazón, que, sin la relación con un galerista que represente y haga circular la obra y sin un anclaje en el mundo del mercado del arte, las iniciativas personales o colectivas se tornan difíciles de cumplir.

Sería muy bienvenido y alentador contar con más plataformas. Quizá, plataformas más específicas dedicadas a las artes plásticas, que abran la posibilidad, no sólo, de mostrar virtualmente la obra, sino, además, generar acciones concretas para que el artista pueda exponer, vender y exportar su obra.

Tenemos la sensación de que las posibilidades de acceder a la circulación de la obra está un tanto disgregada, no es facilitada. Creemos que muchas/os tenemos este temor cuando nos decimos: y ahora, ¿cómo hago?, ¿cómo me doy a conocer?, ¿cómo expongo?, ¿cómo vendo?

Si consideramos a la Ciudad de Buenos Aires el principal centro desde donde parten la mayoría de ofertas culturales, convocatorias a concursos, etc., sería importante contar con un mayor número de políticas de promoción y auspicio que faciliten la participación de artistas que están, considerablemente, lejos de este punto de gravitación, como es el caso de nuestra compañera Ana Paula Luberti, quien reside en Junín de Los Andes desde hace aproximadamente 20 años.

A su vez, Ana Paula nos cuenta que, lentamente, se van abriendo sedes de museos en diferentes provincias y, eso, es muy positivo. En ellas, se realizan, por ejemplo, clínicas de obra dadas por reconocidos maestros, lo que hace posible un acercamiento e intercambio entre artistas de diferentes regiones de nuestro país.

Santiago J. Alonso es artista plástico, escritor, licenciado y profesor en Letras (UBA) y periodista.