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10 películas recientes que pasaron por los más prestigiosos Festivales de Cine

Una chica fácil (Une fille facile, 2019)

Corriéndose de los clisés bien anclados en el imaginario colectivo, relacionados en particular con las relaciones de dominación -sociales, económicas y sexuales-, la cineasta francesa Rebecca Zlotowski presenta un pequeño relato amoral y moderno que abordaba la revolución sexual de su época a través de la mirada de una joven. Naïma (Mina Farid) acaba de cumplir 16 años y vive con su madre, que es mucama en un hotel cinco estrellas, a diferencia de su departamento, cuyo balcón da a una vía del tren. Amiga inseparable de Dodo, su simpático amigo gay, que prepara una audición teatral, la estudiante está oficialmente de vacaciones este mes de junio y encantada de llegar a casa de su prima Sofia, que tiene 22 años y vive en París. Esta última, con su tatuaje de Carpe Diem y su cuerpo exuberante y lascivo que expone muy dispuesta a las miradas  ajenas, regala a una asombrada Naïma un auténtico bolso Chanel por su cumpleaños y la lleva a su mundo de privilegiados con yate, de cenas lujosas y cuentas personales en tiendas de lujo. Invitadas por Andrés y Philippe al Winning Steak, las dos jóvenes cruzan el umbral de la barrera de clases, y Naïma se ve cada vez más tentada de imitar a su prima mayor, para quien la consumación sexual no es un asunto de estado de alma, sino solo de placer, sin ninguna inhibición con respecto a la atención interesada que le dedican los hombres mayores. Todo ello abre los ojos de Naïma sobre qué son en realidad la libertad y el poder, más allá del dinero, y sobre la diferencia entre principios y valores. Una chica fácil que fue presentada en la 51ª Quincena de los Realizadores del 72 Festival de Cannes, se puede ver en Netflix.

Los buenos modales (As Boas Maneiras, 2017)

Galardonada en el Festival de Locarno con el Premio Especial del Jurado, Los buenos de Juliana Rojas y Marco Dutra, cuenta la historia de Clara, una misteriosa enfermera que vive en las afueras de San Pablo y que es contratada por la rica y fascinante Ana. Clara debe cuidar de Ana y su bebé durante y después del embarazo.  Los buenos modales es el típico film que nunca deja de evolucionar, desde el cine de terror (la historia principal) hasta el melodrama (vivido por Clara y Ana) y el musical (la cinta se nutre de momentos musicales llenos de ritmo y muy logrados), con referencias repartidas aquí y allá (La semilla del diablo y King Kong, por nombrar unas pocas); hacia el final, la película se transforma en una especie de carnaval de los sentidos. Puede verse en Mubi.

Nasha Natasha (2020)

Comienza a gestarse en 2014 cuando Natalia Oreiro emprende una gira artística que la lleva a recorrer varios kilómetros de la Federación Rusia a través del transiberiano. Un primer corte de este documental, que fue mutando con los años, se estrenó más tarde en el Festival de Cine de Moscú y finalmente llegó a Netflix. Martín Sastre, responsable de aquella magnífica comedia musical «almodovariana» llamada Miss Tacuarembó (2010), también protagonizada por Oreiro, dirige, fiel a su estilo rupturista enmarcado en una estética pop, un documental que trasciende más allá del retrato artístico.

Divino amor (2019)

Gabriel Mascaro (Boi Neon) conjuga dos elementos del Brasil actual: la creciente devoción hacia la iglesia evangélica y el poder de lo carnal, y los ubica en un hipotético año 2027. Se puede ver en Mubi tras su paso por la Berlinale. Joana, una funcionaria que trabaja en el registro de divorcios, se extralimita en sus funciones para reconciliar a las parejas, como consecuencia de su ferviente devoción cristiana. Para conseguirlo, tiene un arma secreta: convencerlos de que se unan al grupo «Divino Amor», en el que participa con su marido, Danilo, que se dedica a preparar arreglos florales a domicilio. Divino Amor entrelaza un relato intimista de una monotonía cuasi documental con una vibrante audacia formal; así como un horizonte burocrático y tecnológico orwelliano con la simple historia de una pareja que busca desesperadamente un hijo.

La ciudad de los pájaros (Shine Your Eyes, 2020)

Dirigida por el brasileño Matias Mariani (A vida privada dos hipopótamos) y estrenada en la sección Panorama de la 70 Berlinale, La ciudad de los pájaros resulta una eficaz obra poética sobre la tradición, la familia, el desarraigo y el renacimiento que se puede ver en Netflix. La película explora la situación de la comunidad igbo en San Pablo a través de los ojos de Amadi (O.C. Ukeje). Este llega a Brasil buscando a su hermano Ikenna, que se mudó a San Pablo cinco años antes y lleva tiempo sin dar señales de vida, a pesar de haber dejado a su prometida en Nigeria. El comportamiento de Ikenna va en contra de las tradiciones de los igbos, ya que el primogénito tiene la responsabilidad de cuidar de la familia tras la muerte del padre. Mientras acompañamos a Amadi en su viaje, vemos un Brasil destrozado, con edificios a medio construir o en mal estado, una crítica directa a las políticas del presidente Jair Bolsonaro.

Suspiria (2018)

Luca Guadagnino reinventó Suspiria, el clásico de Dario Argento estrenado en 1977, alargando la duración, de los escuetos 98 minutos de Argento hasta unos pesados 152, y transportando la Academia de baile desde Friburgo hasta un exquisito edificio de estilo art-deco a pocos metros del Muro de Berlín. Del mismo modo, el director ha retorcido la paleta de colores, pasando de la mezcla psicodélica de rojo, azul y amarillo utilizada por Argento a un esquema inspirado por los apagados verdes y grises que podemos observar en la maravillosa serie Berlin Alexanderplatz, de Rainer Fassbinder. Pero tal vez lo más radical de todo es que Guadagnino incluyó en la película las actividades del Grupo Baader-Meinhof para darle un contexto social más amplio a la cinta. En las pantallas de televisión se informa acerca de los asesinatos y el secuestro real de un avión comercial en 1977 por parte del grupo de revolucionarios que aterrorizó a Alemania durante la mayor parte de los años setenta. La película parece preguntarse si este terror es aún más horrendo que un aquelarre de brujas. Disponible en Amazon.

Retablo (2017)

Ficción dramática hablada en quechua , que marca el debut de Alvaro Delgado Aparicio, fue una de las sorpresas del año pasado tras ganar el Teddy Award a la mejor película de temática LGBTI en la Berlinale y conseguir ser nominada al Bafta de la Academia Inglesa y al Independent Spirit Award. Se puede ver en Netflix. Retablo está construida en base a un entramado narrativo cuyo eje central es la homofobia pero del que se desprenden tópicos como la diversidad, las tradiciones y la identidad. Los protagonistas son Noé (Amiel Cayo), un artesano especializado en retablos; Segundo (Junior Bejar Roca), el hijo adolescente a quien le enseña dicho arte; y la esposa y madre Anatolia (Magaly Solier).

Nadie sabe que estoy aquí (2020)

La ópera prima de Gaspar Antillo, ganador del premio al Mejor Nuevo Director en Tribeca 2020, está protagonizada por el actor Jorge García, una de las figuras de Lost, en el rol de Memo Garrido, un solitario y callado hombre que vive junto a su tío (Luis Gnecco) en una granja cercana al lago Llanquihue trabajando en la curtiembre de pieles de oveja. Pero más allá de lo que se ve en la superficie Memo esconde un pasado traumático. Con una voz privilegiada para el canto y un futuro provisorio, de niño, viviendo en Miami junto a su padre, Memo que sufría de sobrepeso, por “sugerencia” de un productor es obligado por su progenitor a prestarle la voz a un niño con el look cool pero sin talento para el canto. En el presente Memo, sueña con las luces de la fama robada, mientras lee las memorias de quien triunfó gracias a su voz. Pero un hecho imprevisto hará que una mujer lo rescate del olvido y tal vez le devuelva la fama. Disponible en Netflix.

Ya no estoy aquí (2019)

El derrotero de un adolescente regiomontano que emigra obligadamente hacia Estados Unidos y lucha por mantener su identidad es el eje central del segundo largometraje de ficción de Fernando Frías de la Parra, ganador del Ojo a Largometraje Mexicano en el Festival Internacional de Cine de Morelia, se encuentra disponible en Netflix.  La historia de Ya no estoy aquí se ubica en el sexenio del gobierno del presidente mexicano Felipe Calderón y gira sobre Ulises Samperio (Juan Daniel García), un adolescente de 17 años, oriundo de Monterrey, que lidera a “Los Terkos”, un grupo de amigues que pasa los días escuchando cumbia rebajada (una manipulación técnica que ralentiza el tempo de las cumbias convencionales) y yendo a bailantas donde actúan bandas pertenecientes al movimiento “Kolombia” (representantes de una contracultura única de Monterrey que combina los sonidos de Colombia con el chicano del norte). Es en ese momento cuando el narcotráfico toma las calles y absorbe a las pandillas pertenecientes a la contracultura. Luego de un inesperado choque de bandas, Ulises debe huir a Nueva York para salvar su vida pero pronto se da cuenta de que prefiere regresar antes que enfrentar el desarraigo.

El silencio de otros (2018)

Producido por los hermanos Almodóvar, este film de Almudena Carracedo y Rober Bahar que se puede ver en Netflix y obtuvo el Premio del Público en la sección Panorama Dokumente de la 68 Berlinale, clama justicia por los crímenes -aún impunes- del franquismo. Es en Argentina donde transcurre parte de la acción de este documental rodado durante más de cinco años (con 450 horas de filmaciones) siguiendo el proceso de búsqueda de justicia por parte de víctimas del franquismo: desde personas torturadas durante el gobierno del dictador, hasta madres de niños robados en aquel oscuro periodo histórico o parientes que aún reclaman los cuerpos de sus desaparecidos, enterrados en cunetas y fosas comunes.


Juan Pablo Russo es periodista, crítico cinematográfico y coordinador del Área de Artes Audiovisuales del Centro Cultural de la Cooperación.

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