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Operetas: Oficialistas sin pudor

El sostenido y grotesco esfuerzo editorial de los medios oficialistas por dinamitar la aproximación entre el kirchnerismo y Massa, corrió el límite de la degradación periodística argentina. Clarín toma una expresión -que admite no verificada- de una única persona para propalar, en tapa, la leyenda “voto a la chorra”. La Nación retrocede en el tiempo: civilización (macrismo) o barbarie (peronismo K).
El discurso de odio hacia el kirchnerismo, de ya larga trayectoria, y el ataque, contenido a medias, a quienes se le aproximen, como Massa, convivió, en estos días, con el operativo optimismo: Macri mejora en las encuestas, escriben al unísono. Pero, los hechos no parecen convalidarlo y, tanto así, que, si bien, Peña dio permiso para explorar, en Buenos Aires, un sistema de colectoras para que la gobernadora vaya en más de una boleta, el experimento no tiene mucho destino.
Paradoja triste, en la semana del Día del Periodista: con Clarín, La Nación e Infobae a la cabeza, los medios oficialistas demostraron que, todavía, no agotaron su repertorio de manipulaciones y que, cada día, pueden inventar algo para defender al dispositivo de poder, del cual el régimen macrista, es uno de sus brazos.
El nuevo extremo lo tocó, el martes, Clarín: en la versión en línea, un título decía que Vidal dialoga con Massa. El primer párrafo, decía que “habría” un posible diálogo. El segundo párrafo, decía que, ambas partes, habían negado el diálogo. Y que Massa los haya desmentido, en pocos minutos, no les importa. Porque, no les importan los hechos: por eso, se permiten machacar con la versión de una cumbre. Versión que significa, a la vez, admitir que Vidal busca, desesperada, los votos de Massa, porque, el peligro de derrota es grande.
Y, ya que Massa parece a punto de acordar con Alberto Fernández, se lanzan contra él, igual que los trolls de Peña, llamados ahora “voluntarios”, en el lenguaje oficialista. Morales Solá, como siempre, en primera línea contra el ex intendente de Tigre. Pero, no es el único objeto de ataques furiosos: el Papa la liga el domingo, en nota de Roa de Clarín, por haber mencionado la manipulación de la justicia, combinada con operaciones mediáticas, para perjudicar a opositores. “Nuevo abogado de Cristina”, es el rótulo para Francisco.
También, hay metralla mediática para el simple y desguarnecido votante, encarnado en un supuesto ciudadano que participó de un supuesto “focus group”. Clarín, en nota de Van der Kooy, este domingo 9 de junio, habla de un votante del macrismo en 2015 y 2017 que, ahora, está enojadísimo y desencantado (¿por qué será?) y que, dice: “me parece que amo a la chorra”. Palabrita que va a los espacios principales del diario, impreso y digital, con un dibujito de “Ella”.
Así, que el bueno de Macri se encuentra, dice el columnista, con un “problema cultural”: los votantes que no saben votar, que no tienen moral. Por este desfiladero anda, también, Morales Solá: parece que el segundo gran amor de su vida, el senador Pichetto -el primero es y será Macri- está negociando, a cuatro manos, con el macrismo para quedar enganchado en caso de reelección.
Y, en el “pensamiento” del gran senador, está la idea, dice Morales Solá, de que en la elección está en juego un “sistema”, más que un gobierno o un partido. Y, así, retrocede en el tiempo para la disyuntiva “civilización o barbarie”, reformulada con maquillaje de poca calidad: confrontarán el macrismo y el peronismo bueno -es decir el anti K- con el peronismo feo, sucio, malo, el peronismo K y la izquierda. República versus “Irán, Rusia, Venezuela, Cuba”. Y, si Massa va con los peronistas malos será su “suicidio político”, consecuencia de “confusión intelectual y política”.
En este electoralismo desenfadado, La Nación e Infobae escoltaron a Clarín, aunque, con despliegues más cuidadosos, en las operaciones para mostrar a Massa hablando, al mismo tiempo, con Vidal y Alberto Fernández. También, fue indicativo de la desesperación oficialista el título de tapa de Clarín de esta semana para traer al presente, por enésima vez, el cadáver de Nisman. El fenomenal “hallazgo periodístico”, dice esto: el día de la muerte del fiscal, la entonces presidenta, habló un montón de veces por teléfono con su secretario de Seguridad ¡Tremendo!
Kirschbaum, en el mismo diario, insiste en acusar a Alberto Fernández de tener ya armada la “impunidad” para “Ella”, un recurso de campaña que será tan usado como los procesamientos de Bonadío.
Ante este despliegue, quedan espacios, apenas marginales, para otros temas. Como la interna de Cambiemos y la definición de la fórmula oficialista. Hay varios postulados para acompañar a Macri, desde el ex peronista Monzó a Urtubey. Y una larga lista de “radicales”, por así llamarlos: Sanz, entre ellos, y algunas figuras, casi desconocidas, títeres del Coti Nosiglia (a quien los medios oficialistas definen como muy allegado a Macri) y de Cobos.
Todo esto, coronado por un “operativo optimismo”: varios dactilógrafos teclean que Macri se está recuperando en las encuestas.

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