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Hasta la vida

Un recorrido por tres años de lucha, de marcha y de resistencia en el campo de la literatura infantil y juvenil de la Argentina.

En diciembre de 2015, con el resultado de las elecciones presidenciales de ese año en el aire, hubo muchos que sentimos la necesidad de reunirnos para luchar contra lo que se venía. Porque, sí, cada uno de nosotros y cada una, a su manera, veíamos venir lo que vivimos hoy. Éramos escritores, ilustradores, editores, narradores y especialistas de la LIJ (Literatura Infantil y Juvenil) que nos poníamos, así, frente al abismo de un violento cambio de rumbo hacia la derecha y que sabíamos que, en esos momentos, la respuesta debe estar en lo “colectivo”.

Poco después -muy poco-, llegaron los disparos de armas de fuego estatales contra un grupo de chicos de una murga del Bajo Flores. Ese fue el comienzo del gatillo fácil, que ahora se repite constantemente contra chicos y chicas sospechados de pobreza. Para el Colectivo LIJ, ese fue un claro aviso de la forma en que habían cambiado las relaciones entre la sociedad y el Estado. Muchos integrantes del grupo, pusimos lo que tenemos  –la palabra, el color, la poesía, la prosa y el sentimiento– en la expresión de nuestro horror frente a lo sucedido. De ahí, surgió nuestro libro Hasta la vida, que publicamos en conjunto con el ECuNHi (Espacio Cultural Nuestros Hijos), el espacio cultural de las Madres de Plaza de Mayo que se encuentra dentro del Espacio Memoria y Derechos Humanos (ex ESMA).

Colectivo LIJ en una marcha contra el 2x1

Desde ese momento, hicimos muchas cosas juntos, cada vez que sentíamos cómo se destruían derechos, oportunidades educativas y de salud, y todas las vidas tocadas por la forma en que este gobierno trata de que, solamente, un porcentaje ínfimo de la población reciba los beneficios de la vida económica y que, todos los demás, se arreglen como puedan.

Entre otras acciones conjuntas, y sin ordenar lo que sigue en el tiempo ni en cuanto a importancia, participamos en:

  • La lucha contra la UNICABA, que pretende acabar con instituciones terciarias democráticas de más de cien años y toda una tradición educativa construida por docentes, estudiantes e instituciones, durante más de un siglo.
  • La lucha por los despedidos de TELAM y contra la destrucción de todos los medios de comunicación que no apoyan, constantemente, al Gobierno de la Alianza Cambiemos en sus políticas de ajuste.
  • La lucha contra la represión en todas sus formas. En ese sentido, la de la murga fue solamente el comienzo. Por ejemplo, participamos en la lucha contra la represión que sufrieron los docentes en Chubut y todas las luchas docentes en todo el país.
  • Marchas que reflejan nuestra manera de ver el mundo: las del 24 de marzo, las de la lucha a favor del aborto legal y gratuito, las del 25 de mayo y el 9 de julio  de 2018, que convocaron los actores en el Obelisco, aquellas en las que el pueblo pidió por Santiago Maldonado o contra el 2 x 1, para hablar solamente de algunas.
  • Participamos, activamente, de la Escuela Itinerante, en la carpa que CTERA instaló frente al Congreso en 2018, con nuestra voz, nuestros relatos y narraciones.
  • Organizamos seminarios, asambleas y congresos que tuvieron que ver con la LIJ y todas las temáticas que aborda, entre otros, el Seminario sobre la Guerra de Malvinas y la LIJ en el Área educativa del Museo Malvinas.

Sirva esa breve lista, por cierto muy incompleta, para entender por qué luchamos:

Luchamos porque estamos viviendo en una época que reivindica la dictadura cívico militar religiosa, que comenzó el 24 de marzo de 1976 y terminó con 30.000 desaparecidos y chicos que no saben quiénes son. Porque estamos viviendo en un momento en que se retrocede en las políticas de Derechos Humanos que quieren Memoria, Verdad, Justicia para ese período y todos los que lo siguieron.

Marchamos porque apoyamos la lucha de Madres, Abuelas, Hijos y Familiares que empezó en ese 24 de marzo y sigue actualmente. Nuestra lucha por el castigo a los culpables en cárcel común, la justicia, la verdad, la aparición de los nietos y la conservación de la memoria, indispensable para seguir adelante.

 

Ilustración de Alejandra Conti
Ilustración de Alejandra Conti

Alzamos nuestras voces porque, en el campo cultural, que es nuestro campo, tenemos muchas razones para protestar: se están cerrando escuelas, teatros, centros culturales; se niegan vacantes en la educación pública, sobre todo en los barrios que más las necesitan; se arrasa con todos los planes culturales, como el Plan Nacional de Lectura, que llevó los libros a chicos de todo el país y en el que participamos muchos de los que formamos el Colectivo LIJ; se deja de apoyar a la ciencia nacional, a las universidades, a los teatros y colectivos culturales en los barrios. Luchamos, en suma, porque se está acabando con todos los planes que intentaban una distribución equitativa de los bienes culturales.

Resistimos porque tenemos presos políticos, porque se quiere reducir la educación pública a un entrenamiento vacío para el trabajo de baja calidad ;porque el Estado se retira de casi todos sus deberes, pero está atento a la hora de reprimir. Porque se intenta alejar a los chicos del contacto con todo lo artístico: la música, la literatura, las artes visuales, el cine.

Por todo eso, marchamos, luchamos y resistimos. Estamos juntos en defensa de la palabra libre para todos. Luchamos juntos porque las literaturas infantiles están insertas en este mundo y en este país del presente, y porque este Colectivo sabe que es importante tomar partido, salir a la calle, levantar las banderas y volver a gritar ¡¡Nunca más!!

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