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Contra Salón Nacional de Artes Visuales 2019

En dos notas publicadas, anteriormente, en esta revista, se describió con detalle el modo en que la gestión del actual Secretario de Cultura de la Nación, Pablo Avelluto, había efectuado, de modo nada democrático, cambios que alteraban el normal funcionamiento del Salón Nacional de Artes Visuales, ya que no hubo consultas a los artistas y entidades del sector. Nos referimos a las notas escritas por los artistas plásticos Rubén Borré (http://fervor.com.ar/controlar-vigilar-el-premio-nacional-de-artes-visuales/) y Santiago J. Alonso (http://fervor.com.ar/peligra-el-salon-nacional/).

En una convocatoria llevada adelante por la agrupación Facio Hebequer, nucleamiento interno de la SAAP (Sociedad Argentina de Artistas Plásticos), XILON Argentina Sociedad de Grabadores y la CTA Autónoma-Capital, en respuesta a dicha situación crítica y como protesta ante el manejo poco democrático y arbitrario que implementó la Secretaría de la Cultura de la Nación en el nuevo Salón Nacional de Artes Visuales, se realizó, el 21 de septiembre (día del artista plástico) el Contra Salón Nacional, con la participación de ciento cincuenta obras y la concurrencia de doscientos cincuenta personas en la inauguración. Llevada a cabo en el local de la CTA, ubicado en Avenida Independencia 766, CABA. Destacamos que el Salón Nacional de este año tuvo una escasa participación –la más baja en la larga historia del mismo-, ya que sólo admitió doscientas obras de todas las disciplinas.

Los artistas plásticos y entidades participantes redactaron un comunicado, que transcribimos a continuación:

Propuesta por un Verdadero Salón Nacional de Artes Visuales, democrático, federal y participativo

Nuestro Salón  Nacional fue creado en 1910, dentro del marco de los festejos por el Centenario de la Independencia. A lo largo de su historia, fue un lugar de encuentro y crecimiento del pensamiento estético y reflejo de nuestro sentir, con un intenso debate sobre las propuestas, de la mano del oficio y la formación. Esto posibilitó el crecimiento de nuestros artistas y colegas, ya sea en forma de talleres, escuelas, becas o intercambios. Trajo, también, aparejadas la creación de nuestras prestigiosas instituciones, como Estímulo de Bellas Artes, la Sociedad Argentina de Artistas Plásticos (S.A.A.P.) y la Mutual de Estudiantes y Egresados de Bellas Artes (M.E.E.B.A.), quienes participaron en las distintas propuestas y salones a lo largo de su historia.

Dicho Salón Nacional, en sus 109 años de vida, tuvo avances y retrocesos en cuanto a sus logros y mejoras para nuestro trabajo. Se obtuvieron derechos y reconocimientos que mejoraron nuestras prácticas como hacedores y trabajadores, en la construcción de nuestro pensamiento y oficio. Esto permitió generar líneas de pensamiento y corrientes artísticas, que se nuclearon en distintos grupos, según sus estéticas, desarrollando un arte que es el reflejo de un pueblo e, incluso, logrando el reconocimiento internacional del mismo.

Este año (2019) nos encontramos con  una nueva convocatoria, por parte de la Secretaría de Cultura de la Nación, a una nueva edición  del Salón Nacional en su 108° edición. Con mucho esfuerzo, solicitamos reuniones y realizamos pedidos de diálogo durante el año 2018 y lo que va de este. Los artistas plásticos tratamos de poder encontrar un canal de diálogo con el Gobierno para poder participar en la redacción de un Reglamento por un Salón Nacional federal e inclusivo. El  Gobierno, a través de  representantes no muy claros y sin representación en nuestro sector, estuvo lejos de un criterio democrático para poder realizar una mejora en esta convocatoria, que nos pertenece como sujetos de derecho.

Advertimos que estas bases, para la edición 108°, no traen nada nuevo con respecto a las bases del año pasado. Los cambios se generaron, fundamentalmente,  en la quita de derechos. Queda excluida la participación de los artistas, como quedó demostrado en su versión 107º, y no sólo en la participación, sino, también, se realizó un ajuste importante en la posibilidad de trabajo y los honorarios de nuestros artistas más destacados, elegidos por voto directo de los participantes, restringiendo la participación de distintas miradas y pensamientos.

Las nuevas bases, que se destacan en sus primeros puntos, proponen un jurado general para todas las obras, conformado por siete miembros, de los cuales cuatro son elegidos por los participantes. Esta propuesta es engañosa, ya que se siguen eliminando los lenguajes y los jurados electos por especificidad, lo que produce la no participación de más treinta colegas artistas, con formación como pintores, dibujantes, ceramistas, fotógrafos, grabadores, escultores, etc. Constatamos que siguen con un mismo jurado para todas las categorías. Asimismo, postulan la participación exclusiva de Andrés Duprat –que, además, es el director del Museo Nacional de Bellas Artes-, por fuera de esto, para los premios a la trayectoria. Tiñendo esto de sospechas extrañas, de acuerdos previos con distintas intenciones, ajenas a lo que debe ser este evento: uno de los más importantes en nuestro medio.

En el sistema de elección de estos cuatro jurados, más allá de que no está claro el escrutinio por el cual pueden acceder, nuevamente, se refieren a que, cualquier grupo de personas, puede presentar ternas. También, se pierden premios por categorías y, lo más importante, desaparece el Gran Premio por especialidad, que es un premio consagratorio y dotado de una pensión vitalicia. Que, una vez más, la sede y la cantidad de obras serán en función de un espacio reducido, perjudicando y censurando la representatividad de propuestas artísticas. Reduciendo el Salón, que tenía un recorrido de exhibición por más de 90 días, a una exposición de las obras, de apenas un mes.

Para comprender el significado esto, basta con recordar lo ocurrido en la Casa del Bicentenario el año pasado. Un acto de apertura, que siempre significó una fiesta para la comunidad, lo han convertido en un acto para pocos, con forcejeos y con intervención de patovicas y seguridad privada, dejando fuera  a muchas personas importantes, desde lo afectivo, para los seleccionados y premiados, como muchos artistas, realizadores de nuestra cultura y, también, distintos públicos interesados. Por esto, proponemos a los artistas identificados con la necesidad de un verdadero Salón Nacional federal, democrático y participativo, a una convocatoria abierta para realizar el Salón, como hace 101 años lo hicieron algunos de nuestros maestros con el Salón de Recusados -sin jurados y sin premios- que, por su importancia y magnitud, lograron mejorar, luego, las condiciones y adquirir derechos.

A la vez y en el marco de la inauguración del Salón, proponemos invitar a los Diputados de la Comisión de Cultura del Congreso de la Nación, para entregarles públicamente y en mano, un documento sobre las bases para un nuevo Salón Nacional de Artes Visuales,  democrático, federal y participativo. Dicho documento lo entregaremos, tambien, a las nuevas autoridades que resulten electas de los próximos comicios.

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